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martes, 15 de noviembre de 2011

El Partido y su contacto con las masas, una piedra angular de la Revolución

Fidel sacó tiempo de su siempre apretada agenda
para mantener la más íntima relación con el pueblo.
Jesús Mena Aragón

COMO VANGUARDIA de la clase obrero-campesina, y de la sociedad en su conjunto, el Partido Comunista de Cuba requiere del más estrecho vínculo con las masas, es decir, con el pueblo. Es un principio del que no puede enajenarse en el desempeño de sus funciones y responsabilidades.
Ninguna experiencia mejor que la dimanante del contacto personal con el hombre de a pie. Con ese que cada día realiza malabares para estar en hora en su puesto de labor. Ni por encima ni por debajo de los ciudadanos está el Partido, sino a la par de millones de personas.
Nutriéndose de sus enseñanzas, experiencias, sabiduría.
¿Cómo amaneció el transporte hoy; por qué algunos vehículos estatales no recogen a la gente en las paradas; cuál es la atención de los pacientes en los servicios de Salud; llegaron en buen estado los productos agropecuarios a las placitas; qué piensa el transeúnte sobre el alza de los precios de los artículos de primera necesidad; de la situación económica por la que atraviesa el país; cuáles son sus preocupaciones y expectativas?
De estás cosas, y de mucho más, puede uno enterarse de primera mano si recorre con frecuencia las calles y avenidas, si conversa con la población.
En coches, ómnibus, bodegas, en todas partes, las personas manifiestan un amplio diapasón de criterios y lo vierten a cada instante en sus conversaciones cotidianas.
¿Qué no hay tiempo para eso bajo el agobio de una apretada agenda de reuniones y otras responsabilidades? ¡Desde luego que lo hay!, siempre que el llamado a mantener un contacto estrecho con las masas, hombre a hombre y con los  píes y los oídos pegados a la tierra, como llamó el Presidente cubano Raúl Castro al clausurar el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, no pase a ser simplemente una consigna.
Más allá de la autoridad del cargo, el liderazgo se obtiene solo mediante el quehacer desprovisto de todo formalismo, la rutina y el anquilosamiento en el estilo de trabajo. ¿Acaso nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro no sacó tiempo, siempre, para mantener la relación más íntima con la población?
Este asunto preocupa a la alta dirección del país. Al dar lectura al Informe Central al VI Congreso del Partido, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros expresó: “…debemos meditar en los efectos contraproducentes de viejos hábitos que nada tienen que ver con el papel de vanguardia de la organización en la sociedad, entre ellos la superficialidad y formalismo con que se desarrolla el trabajo político-ideológico, la utilización de métodos y términos anticuados que no tienen en cuenta el nivel de instrucción de los militantes…, las frecuentes convocatorias a actividades conmemorativas formales, con discursos más formales todavía y la organización de trabajos voluntarios en los días de descanso sin contenido real ni la debida coordinación, generando gastos y difundiendo el disgusto y la apatía entre nuestros compañeros”.
En su libro El Partido marxista-leninista, el compañero Ernesto Che Guevara expresa: “El partido del futuro estará íntimamente unido a las masas y absorberá de ellas las grandes ideas que después se plasmarán en directivas concretas; un partido que aplicará rígidamente su disciplina de acuerdo con el centralismo democrático y, al mismo tiempo, donde existan, permanentes, la discusión, la crítica y la autocrítica abiertas, para mejorar el trabajo continuamente.
…”Será en esta etapa un partido de cuadros, de los mejores, y éstos deberán cumplir su tarea dinámica de estar en contacto con el pueblo, transmitir las experiencias hacia las esferas superiores, transmitir a las masas las directivas concretas y ponerse en marcha al frente de éstas. Primeros en el estudio, primeros en el trabajo, primeros en el entusiasmo revolucionario, primeros en el sacrificio; en todo momento los más buenos, más puros, más humanos que todos los otros, deben ser los cuadros de nuestro partido”.
En momentos en que el país se apresta a realizar la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba vale la pena una mínima contribución a la discusión de uno de sus temas.

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