David Brooks
Casi como propaganda para nutrir las protestas de Ocupa Wall Street, informes oficiales del gobierno, el sector financiero y centros de investigación confirman lo que todos saben: ricos más ricos mientras todos los demás pagan los costos de un sistema económico y político que ya no funciona para el 99 %.
La semana pasada la Oficina del Censo emitió un informe en el cual destaca que la tasa de pobreza se incrementó en 32 estados entre 2009 y 2010. Anteriormente había reportado que entre esos dos años la tasa de pobreza creció de 14.3 por ciento a 15.3 por ciento (casi uno de cada seis habitantes); en números el incremento fue de 42.9 millones a 46.2 millones de personas y los analistas suponen que las cosas sólo se han puesto peor a lo largo de 2011.
A la vez, aunque a veces con trucos de contabilidad, casi todos los bancos principales acaban de reportar grandes utilidades en este último trimestre: el Bank of America 5 mil 900 millones de dólares, Citibank 4 mil 800 millones de dólares, JP Morgan Chase 4 mil 260 millones, Wells Fargo 4 mil 100 millones dólares y así.
Todo indica que las tendencias de los últimos 30 años continúan, pero ahora en medio de la peor crisis desde la gran depresión, con los costos sociales en evidencia en todas las esquinas del país.
Como reportó La Jornada la semana pasada, un informe oficial de la Oficina del Congreso sobre Presupuesto (CBO) encontró que el 1 por ciento más rico casi triplicó su ingreso nacional en las últimas tres décadas. A partir de 2007, el 20 por ciento más próspero capta un ingreso total más grande que el que se reparte entre el 80 por ciento restante de la población.
Un nuevo informe de la Fundación Bertelsmann, difundido la semana pasada, colocó a Estados Unidos en el número 27 de los 31 países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico en su índice de "justicia social", que evalúa tasas de pobreza, participación educativa, social y laboral y otros aspectos considerados indicadores de "legitimidad y estabilidad de cualquier comunidad política". En su análisis informa que “Estados Unidos, con sus niveles alarmantes de pobreza, está casi en la cola del índice, ocupando un puesto sólo un poco mejor que el de su vecino México (30) y… Chile (29)”.
Mientras tanto, tal como acusan los manifestantes, la cúpula política parece estar "comprada" por los sectores más ricos. El precandidato presidencial republicano por ahora favorito, Mitt Romney, goza de más apoyo del sector financiero que sus rivales; más de 23 por ciento de los fondos recaudados por su campaña provienen de ese sector, reporta el Center for Responsive Politics. Los sectores de finanzas, aseguradoras y bienes raíces han contribuido con unos 16 millones de dólares a todos los candidatos presidenciales hasta la fecha, y otorgarán muchos millones más antes de las elecciones de 2012.
Pero es lo mismo con los demócratas. Aunque Romney ha recibido casi el doble de Wall Street que Barack Obama, el presidente ha recaudado este año más fondos en total del sector financiero para su campaña y el Partido Demócrata que cualquier candidato republicano. El Washington Post reporta que Obama ha recaudado más fondos (para su campaña y para la tesorería electoral de su partido juntos) de banqueros, financieros y otras empresas relacionadas con Wall Street que todos los candidatos republicanos juntos.
Los estrategas de Obama, que han elaborado un guión más populista para su candidato en meses recientes, que incluye críticas al sector financiero y acusa a los republicanos de ser títeres de ese sector, también buscan cómo emplear la ira expresada por el movimiento nacional de Ocupa Wall Street para sus fines electorales, pero tienen un grave problema que superar: cómo presentar a Obama, que espera obtener decenas de millones de dólares del sector financiero, como un representante del "99 %" y no del "1 %" que tanto apoyo le ha ofrecido. Muchos expresan que un objetivo es evitar que sea percibido como uno de los políticos que le deben favores políticos a Wall Street.
En su programa de radio semanal, el sábado, Obama señaló el informe de la CBO que confirma que “los ricos se han vuelto más ricos… Ahora bien, en este país no nos molesta la riqueza o el éxito de otros; la alentamos, la celebramos. Pero Estados Unidos está en mejores condiciones cuando todos han tenido la oportunidad de prosperar, no sólo los que están en la cima de la escala de ingresos”. Afirmó que su objetivo es "construir una economía en la cual todos tengan la oportunidad de ser exitosos".
Pero sus palabras cada vez tienen menos efecto entre los 14 millones de desempleados, más, por lo menos, otros 10 millones que no tienen empleo de tiempo completo o que ya ni buscan, más los 6 millones que están perdiendo sus hogares por la crisis hipotecaria, los millones de estudiantes que egresan endeudados de las universidades y que ahora enfrentan además un panorama con menos empleos y "oportunidades".
Tampoco ven a los republicanos como una opción. De hecho, 89 por ciento de los habitantes del país no confía en el gobierno y tres cuartas partes creen que el país avanza en dirección equivocada, según la última encuesta de CBS News/New York Times.
Cada vez más analistas y observadores señalan que la crisis actual en Estados Unidos ya no es sólo la implosión del sistema económico, sino también del político.
Las cifras y datos oficiales parecen confirmarlo. Es por esto, en parte, que Ocupa Wall Street no está enfocado sobre el esquema político oficial. “Este movimiento ya está mucho más allá del ‘oye, hay que elegir a este tipo’. Esos días ya se acabaron… ya todos participamos… ¿y qué logramos? ¿Dónde estamos? Estamos en las peores condiciones que jamás he visto en mi vida en este país”, comentó Michael Moore en entrevista con CNN sobre si Ocupa Wall Street tendrá impacto electoral. (Tomado de La Jornada)
No hay comentarios:
Publicar un comentario