De acuerdo con los trascendidos, divulgados por el periódico VG, Breivik declaró a la policía, que tuvo tres objetivos personales durante el ataque a la isla de Utoya, el pasado 22 de julio.
Ellos eran el ministro de Relaciones Exteriores, Jonas Gahr Store, la exprimera ministro, Gro Harlem Brundtland y el dirigente de la Juventud Socialdemócrata Noruega, Eskil Pedersen, considerados por él "traidores de categoría A", debido a sus puntos de vista liberales sobre la inmigración.
Sin embargo, al momento del tiroteo dos de los funcionarios habían abandonado la isla y el tercero, Pedersen, escapó en un ferry al iniciarse los disparos.
Recientemente, Breivik negó ser culpable ante el tribunal que lo procesa por la matanza indiscriminada de 69 personas en el campamento juvenil del Partido Laborista Noruego, y por la muerte de otras ocho víctimas, tras la explosión de un coche-bomba en el complejo gubernamental de Oslo, horas antes.
El extremista indicó que hizo detonar un explosivo frente a la sede del Gobierno en Oslo, pero al oír en la radio que la bomba no provocó el derrumbe del edificio, decidió perpetrar el plan de la masacre en Utoya, donde previsiblemente estarían los líderes laboristas, informó la prensa.
Ante la polémica publicación de material sensible por VG, sectores de la sociedad noruega criticaron la acción del rotativo, mientras prosiguen este sábado las investigaciones para determinar la identidad del responsable por la filtración de los datos, corroboró el diario Aftenposten.
Breivik, quien dice ser comandante militar del movimiento de resistencia noruego y de los Caballeros Templarios de Noruega, de reconocida retórica xenófoba y ultranacionalista, será juzgado el 16 de abril próximo, en un proceso legal que durará unas 10 semanas, según estiman fuentes oficiales.
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