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viernes, 27 de enero de 2012

Chile: Entre los términos dictadura y régimen no puede haber espacio a la ambivalencia

Héctor R. Castillo Toledo

Se veía venir. En asuntos tan delicados como llamarle pan al pan y al vino vino, no se puede ser ambivalente. Y el ministro de Educación en funciones en Chile, Harald Beyer, a quien el dimitente Felipe Bulnes le soltó esta "papa caliente", entre las otras que lo llevaron a renunciar (por cierto, lo han designado embajador en los Estados Unidos), ha querido emular al siempre recurrente Poncio Pilatos, el de las manos pulcras, tras anunciar la decisión del gobierno encabezado por el derechista Sebastián Piñera de avalar de manera indistinta el empleo de los términos dictadura o régimen militar en la enseñanza básica, a la hora de hacer alusión al sombrío período del general golpista Augusto Pinochet (1973-1990).

Alejandro Goic, ex asesor del Consejo Nacional de la Educación (CNED), instancia a la cual renunció esta semana por discrepancias insalvables con sus miembros,  se pronunció sin cortapisas: "A mi modo de ver, todavía es insuficiente, aunque hay que reconocer que es un avance", en alusión a la decisión gubernamental previa y sin opciones: había que retirar de los textos escolares el más fuerte de los calificativos: dictadura.
Sobre el alcance de dejarlo a la libre elección de cada quien, la jefa de carrera de Licenciatura en Historia de la Universidad de Santiago de Chile, Cristina Moyano, estimó que usar ambos términos en los textos escolares le resta la potencialidad que tiene el uso de dictadura como concepto nominador de lo que en realidad ocurrió en Chile durante 17 largos años.
"Junto con este arreglo que intenta presentar el ministro se invisibilizan o se dejan de usar una serie de otras palabras que ayudaban a la red semántica del concepto dictadura, como violación a los derechos humanos o ausencia del Estado de derecho", afirmó la académica.
"Lo que se está haciendo -subrayó-, es intentar calmar las aguas, pero no creo que la modificación sea pertinente, ni sea lo más eficiente para parar el debate".
En pose conciliatoria, la víspera el ministro de Educación, Harald Beyer, anunció que el CNED había acordado que en las bases curriculares de la asignatura de Historia, del primero al sexto básicos, se podría utilizar indistintamente régimen o dictadura militar.
"Hay personas que prefieren decir dictadura y otros prefieren decir régimen, opinó Beyer, quien acotó, incluso, que las bases curriculares no tienen un mandato general sobre los textos y que "las editoriales tienen total libertad para usar los términos que estimen convenientes".
"Creemos que las bases tienen que recoger las sensibilidades de todos los sectores (...) lo que nos interesa a nosotros es recoger todas las sensibilidades y que todos se sientan interpretados", señaló el secretario de Estado.
Vuelvo al comienzo. Al César lo que es del César. Augusto Pinochet irrumpió en la vida política del país austral mediante el uso de la violencia y el empleo de una sedición de militares que culminó con el derrocamiento y la muerte del presidente democráticamente electo en aquella nación, el socialista Salvador Allende, al frente de un gobierno de Unidad Popular.
Diecisiete años de detenciones, torturas, desaparición de líderes políticos y sociales no sólo de izquierda, sino de tendencia popular, y el exilio de decenas de miles de chilenos no puede ser olvidado. Hacerlo sería, como ya apunté en anterior post, escamotearle la historia verdadera a las generaciones encargadas de conducir a la angosta nación que se aprieta entre los Andes y el Oceano Pacífico, hacia un futuro mejor para todos. (Con información de agencias)

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