Claraboya, la novela perdida del Premio Nobel de Literatura, José Saramago, será presentada en Madrid el próximo 1 de marzo, 60 años después de haber sido escrita.
Claraboya, es la historia de un edificio en el que viven seis humildes familias cuyos miembros “se ven sucesivamente envueltos en un enredo”, según palabras del propio autor (Azinhaga, 1922-Tías, Lanzarote, 2010).
La editorial Alfaguara indicó que Saramago escribió la obra hace más de 60 años, entre los 40 y 50 del pasado siglo, y entregó el manuscrito a una editorial portuguesa en 1953.
La compañera del escritor, Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago, relató en el prólogo de Claraboya que una mañana de 1989, Saramago recibió una llamada de la editorial para informarle de que el manuscrito había sido encontrado en una mudanza de sus instalaciones.
La editorial aseguró a Saramago que consideraría un honor publicarlo entonces, pero éste respondió: “Obrigado, ahora no”.
Ese mismo día recuperó su novela y tuvo, por fin, una respuesta por parte de la editorial a la que le había confiado el original “la que le fue negada 47 años atrás, cuando tenía 31 y todos los sueños a punto”, dijo Del Río.
Aseguró que aquella actitud de la editorial sumió al autor de Ensayo sobre la lucidez en un silencio doloroso, imborrable y de décadas y agregó que “no en vano, no volvió a escribir hasta 20 años después”.
Aunque sus más cercanos intentaron convencer a Saramago de que publicara Claraboya, donde ya se observaba lo que después acabaría desarrollando plenamente: su propia narrativa, una vez recuperada, el autor decidió que no se editaría mientras viviera.
Ahora, Alfaguara publica la obra, la cual califica como una novela de personajes.
Del Río enfatizó que en ella están contenidos los personajes masculinos de Saramago, “esa colección de hombres de pocas palabras, solitarios, libres, que necesitan el encuentro amoroso para romper, siempre de forma momentánea, su forma concentrada e introvertida de estar en el mundo”.
Asimismo, “están las mujeres fuertes de Saramago. Cuando el autor se recrea en los personajes femeninos, la capacidad transgresora se hace más evidente y descarnada”. (Con información de Notimex)
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