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domingo, 4 de marzo de 2012

Béisbol: Cara a cara los cracks del jonrón en Cuba

Expectativa por el posible duelo de cuadrangulares
entre José Dariel Abreu (izq) y Alfredo Despaigne.
Francisco G. Navarro  

Si cuando Real Madrid y Barcelona protagonizan el Clásico futbolístico español cobra altura el duelo entre sus cracks, Cristiano y Messi, los jonroneros cubanos Alfredo Despaigne y José Dariel Abreu igualmente medirán fuerzas este domingo en el mismo terreno beisbolero.
Dos semanas atrás ambos dejaron con las ganas a sus parciales en el Torneo de Cuadrangulares que prologó el Juego de las Estrellas, pero aquello era de mentiritas, a la floja, como se dice en el argot peloteril insular, y ahora, aunque con mascota, a la dura.
Despaigne, jardinero izquierdo de Granma, y Abreu, inicialista de Cienfuegos, saldrán a la grama del parque 5 de Septiembre de esta ciudad del centro-sur de la Isla, cuando ambas novenas choquen domingo, martes y miércoles, en partidos de la segunda vuelta de la 51 Serie Nacional.
Ambos figuraron como titulares en las ediciones precedentes de las selecciones nacionales, tienen la misma edad (25), batean a la derecha y clasifican como los dos rompercas por excelencia de la pelota cubana.
El granmense rubricó un récord de bambinazos en la edición 48 (2008-2009) de los campeonatos de Cuba, con 32, pero el año pasado el cienfueguero envió 33 pelotas Mizuno fuera de los límites del terreno.
Ahora el patrullero izquierdo de los Alazanes orientales arriba al inicio del tercio final de la competencia con 27 cuadrangulares, y los augurios estadísticos de que sobrepasará las cuatro decenas.
Más cuando está edición atípica, por la inclusión de otro equipo en la Liga, cuenta con un calendario de 96 partidos en la ronda clasificatoria, seis sobre el total de los jugados en la última década.
Abreu ya suma 20, y con el aliciente de contar por jonrones los tres partidos anteriores de los Elefantes del Cienfuegos en la subserie frente a Camagüey.
El aficionado beisbolero cubano, capaz de polemizar hasta de la suerte aparejada al número que las estrellas lucen en el dorsal de sus camisas (en este caso 54 Alfredo, 79 José Dariel), tiene en la porfía particular de los dos cañoneros extra clase suficiente leña para alimentar la hoguera de sus bizantinas discusiones.
Uno de los argumentos más tenidos en cuenta a la hora de comparar sus cifras de jonrones en la campaña anterior apunta a que El Inmenso Despaigne perdió casi completo el primer tercio del calendario, tras participar como delegado en el Festival Mundial de la Juventud, en Sudáfrica.
Cierto, el oriental, quien también acusó una lesión que le mermó posibilidades en ese curso, salió al campo en 67 partidos, pero "Pito" Abreu lo hizo en 66, y son menos los aficionados que reparan en el dato anterior.
En lo que va del actual campeonato el guardabosque suma 237 turnos al bate (frecuencia de un bambinazo cada 8.77 ocasiones oficiales al cajón) y el defensor del primer cojín, 190 (9.50), con un promedio de slugging casi idéntico, .772 por .774, respectivamente.
Despaigne también es la referencia en carreras impulsadas, líder con 76, una docena más que su compañero en la Selección, y Abreu es segundo en average (.384) y su colega quinto (.353).
El cuarto bate de Granma comanda también en el apartado de oportunidades que empuja el empate o la ventaja, con 20, mientras el tercer madero de Cienfuegos no aparece entre los siete primeros de la lista.
En la vuelta inicial del torneo, entre los días del 20 al 22 de diciembre, Cienfuegos barrió a Granma a domicilio, con marcadores de 9x8, 3x1 y 5x2.
"Pito" Abreu (cinco hits en nueve turnos) contribuyó a la causa de los Elefantes con par de jonrones y seis impulsadas, mientras el slugger mayor de los Alazanes (cinco sencillos en 11 veces) empujó dos carreras.
Pero, aunque reciente, eso es historia, ahora lo cierto es que quienes asistan a la serie Granma-Cienfuegos serán espectadores en primera fila del más esperado duelo individual del deporte cubano, a día de hoy.
Algo así como si la modesta capital provincial cubana de Cienfuegos, 250 kilómetros al sudeste de La Habana, fuera una de las dos grandes urbes españolas, el 54 y el 79 se tradujeran sobre los dorsales blanco o blaugrana en 7 y 10, la pelota mucho más grande, y en vez del bate los astros la aporrearan con sus botas.

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