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viernes, 30 de marzo de 2012

Cuando Dios regresa a la tierra (+ Fotosecuencia en Flickr)

Víctor Mesa / Fanal Cubano
Duanys Hernández Torres (*)

Animado por la reciente visita del papa Benedicto XVI a Cuba me animo a escribir este comentario para invocar a Dios. Sí, porque existe, y nació en Villa Clara. Se llama Víctor Mesa Martínez. Y es Dios. Les explico…
Hizo sobre un terreno de pelota jugadas llamadas por muchos aficionados “locuras”, y solo permitidas a elegidos como los robos de home. Realizó engarces en la pradera central y estafó bases con una espectacularidad nunca vista. Por si fuera poco fue el  primer líder de bateo de unos Juegos Olímpicos, los celebrados en Barcelona en 1992. Y dicen que tiene poderes sobrenaturales. Al punto de que va a clasificar para los play off a una provincia que nunca lo había hecho en veinte años. Víctor siguió al pie de la letra el tango de Gardel, y enrumba a los matanceros hacia una actuación histórica. Para completar su grandeza barrió en los seis partidos de esta Serie Nacional al equipo que le brindó todo como jugador, y que dirigió durante 8 campañas. Sus detractores lo tildan de payaso pero no, sencillamente es Dios.

¿Y saben por qué también es Dios?
Porque es el único director de equipo que un árbitro ha expulsado discutiendo las reglas de juego. El privilegio lo tuvo Eusebio Preval. Y no pasó nada.
Gateó por la yerba del Victoria de Girón matancero reclamando una jugada. Lo vimos millones por televisión, y no pasó nada. Dicen que recientemente en un partido entre la Isla de la Juventud y Matanzas le tiró tierra en los ojos al árbitro de primera Omar Peralta, y no pasó nada. O sí pasó, pero como la sagrada Comisión Nacional al igual que nosotros no pudo verlo, la sanción fue para Dios. Es que solo lo vieron los pineros que se encontraban en el estadio.
Parece que tocó con sus poderes a la tropa de Higinio, y el dictamen emitido el lunes 26 de marzo no dice cual fue la infracción cometida, ni explica las circunstancias concurrentes en los hechos ocurridos. Y después de escuchar todos los criterios emitidos, y teniendo en cuenta su historia deportiva lo sancionó con una amonestación pública y con cinco partidos. Tremenda sanción. Fuerte, ejemplarizante y justa. ¿Qué dirán los dos directivos avileños sancionados con un año por retirar a los Búfalos a diez segundos de terminarse un partido de baloncesto?
Dios regresó a la tierra en el cuerpo de Víctor Mesa Martínez. ¿Habrá charlado en secreto con Benedicto XVI?

(*) Profesor de la Facultad de Humanidades en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas.


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