René, junto a su hermano Roberto y su mamá Irma Sehwerert. Muchas personas nobles desean se repita ese encuentro. |
La legisladora republicana por Florida, quien mantiene una tradicional postura de línea dura contra La Habana, reclamó a la administración del presidente Barack Obama impedir que en el futuro González viaje a la isla, "de ninguna manera, de ninguna forma, de ningún modo", señaló en un comunicado.
La también presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes reaccionó así a la decisión del Departamento de Justicia que la víspera negó el viaje humanitario a René, aunque dejó en manos de la jueza federal Joan Lenard, de Miami, la decisión definitiva sobre la petición.
El documento presentado por la Fiscalía advierte que en caso de que la jueza permita a René visitar a su hermano, se deberán imponer varias condiciones, entre ellas exigir a su oficial de probatoria un itinerario detallado de su viaje, con número de vuelo, ruta y también información de dónde ubicarlo.
Otras requerimientos demandan que René no tenga reuniones, ni consulte o se comunique con oficiales de inteligencia cubanos y que durante su ausencia del distrito de supervisión (Miami), mantenga informado por teléfono a su oficial de probatoria en Florida.
Asimismo, las autoridades judiciales reclaman que los términos de la libertad supervisada a los cuales está condenado el antiterrorista se mantengan sin cambios y la obligación de regresar a Estados Unidos dentro del plazo concedido para no violar sus términos.
René, junto a los también antiterroristas Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, fue apresado en 1998 por monitorear acciones violentas contra Cuba de grupos extremistas tolerados en el sur de Florida.
Tras un proceso amañado, como demuestran informes incluso del propio gobierno de Estados Unidos, los Cinco, como se les conoce internacionalmente, fueron condenados a penas severas que van desde 15 años hasta dos cadenas perpetuas.
René resultó el primer liberado, aunque se le obligó a una libertad condicional sin derecho a regresar a Cuba, donde se encuentra toda su familia, incluidas su madre, esposa, hijas y su hermano, aquejado de una penosa enfermedad.
Las declaraciones provocadoras de Ros-Lehtinen insisten en su retórica respecto a Cuba, posiciones respaldadas por otros congresistas considerados por numerosos analistas como reaccionarios anticubanos: Marco Rubio, Mario Díaz-Balart, Bob Menéndez y David Rivera, entre otros.
Tanto Ros-Lehtinen como dichos legisladores insisten en el reforzamiento del cerco contra Cuba, fundamentalmente en lo referido al endurecimiento del bloqueo económico, el intento de ahogar las finanzas y al sector bancario de la nación caribeña y el freno a la expansión petrolera de la isla.
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