El presbítero cubano Félix Varela se encuentra en la génesis de la formación de un pensamiento emancipador autóctono, desligado de la influencia metropolitana, resalta hoy un artículo publicado en el diario Granma.
En el texto Y en los orígenes, Varela, el reconocido historiador Eduardo Torres-Cuevas señala que el gran aporte del sacerdote a la cultura, las ciencias y el pensamiento de la emancipación cubana y latinoamericana radica en su interés por el surgimiento de una conciencia propia.
El investigador realiza un recorrido por la influencia de Varela -nacido el 20 de noviembre de 1788- en diferentes figuras de su tiempo, lo que abrió el camino para que sus ideas llegaran hasta el Héroe Nacional de Cuba, José Martí.
Una pléyade de jóvenes destacados de la centuria decimonónica como Felipe Poey, José de la Luz y Caballero, José Antonio Saco y José María Heredia, sintieron a Varela como su maestro y quien les había enseñado a pensar y actuar, con método científico y amor de poeta, en, para y por Cuba y América, señala.
Un estudio comparativo de los textos de Martí, Luz y Varela, al margen de procesos de épocas y coyunturales, de desarrollos específicos, de tendencias predominantes en cada momento, demuestra el fondo común existente entre las tres figuras.
Según Torres-Cuevas, en su Cátedra de Filosofía llevó a cabo la extraordinaria tarea de liberar el pensamiento de las estructuras góticas de las corrientes medievales para sentar las bases de la ideología de la liberación cubana.
Asimismo, al ocupar la Cátedra de Constitución fue el primero en hablar en la isla del derecho del pueblo y de los contenidos de las ideas de soberanía y democracia, apunta.
De este modo, Torres-Cuevas reconoce en Varela -fallecido en el año natal de Martí, 1853- al padre fundador de la idea patriótica cubana, al padre de los padres de la patria.
Destaca además que desde las páginas del periódico El Habanero, Varela promovió y organizó una labor de conciencia patriótica en el objetivo de que Cuba fuese libre e independiente, al tiempo que se opuso a la obtención de esa libertad con ayuda de potencias extranjeras.
Todo su conocimiento, considera, está en la función de una obra común, que es la creación de una patria nueva, auténtica y cubana, que no es copia sutil ni en miniatura de otros modelos, sino exigencia surgida de una realidad singular y específica.
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