Recientes denuncias aparecidas en varios medios de comunicación revelan que oficiales de EEUU dirige labores de entrenamiento a mercenarios en una base militar en Kuwait, con el objetivo de adiestrarlos en el cumplimiento de misiones en diferentes países de Oriente Próximo.
De acuerdo con la información, y bajo los mismos cánones que usualmente emplea la Agencia Central de Inteligencia (CIA), los reclutas se entrenan durante tres meses aprendiendo métodos de sabotaje con el uso de explosivos para generar terror, tal como en su momento hicieron con criminales de la talla de Luis Posada Carriles o el propio Osama Bin Laden.
Una vez cumplido el período de adiestramiento, los agentes son enviados a países como Irán, Irak y Siria, con el fin de establecer allí redes terroristas.
Tras la retirada de las tropas estadounidenses de Irak, más de 15.000 militares norteamericanos fueron enviados a Kuwait.
El analista político Basem Tajeldine considera que las filtraciones sobre el entrenamiento de los mercenarios por parte de EEUU, y en particular a cargo de la CIA, son una clara muestra de la hipocresía del gobierno de Washington, que se autoproclama paladín en la cruzada contra el extremismo mundial.
“Lo que hoy se trasluce por algunos medios internacionales sobre la presencia en Kuwait y en otros territorios del Oriente Medio de grupos mercenarios entrenados por la CIA ya no nos llama mucho la atención porque ha sido un hecho ya repetido. Sabemos que Siria, el Líbano, Libia, Irak e Irán han sido objeto de ataques terroristas a través de grupos que fueron entrenados en los territorios aliados de EEUU en la región, para cometer los atentados”, señala el experto.
Al mismo tiempo Tajeldine advierte de que estos grupos “anárquicos fácilmente podrían escapar del control de EEUU e irse contra sus propios creadores”. Según él, son un arma de doble filo que algún día puede hacer un “efecto bumerán” y actuar en contra de Washington, tal como ya hizo quien fuera líder de la red Al Qaeda.
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