Sólo fueron seis caracteres que marcaron tendencia el 13 de marzo de 2004, en una concentración silenciosa ante la sede del PP de Madrid exigiendo conocer la verdad del atentado que nos costó casi 200 muertos.
Entonces nadie imaginaba que un brevísimo SMS se propagaría entre los ciudadanos multiplicándose hasta congregar a miles de personas por las calles de Madrid reclamando la verdad.
Aquella misma noche otro SMS volvió a correr por los teléfonos celulares, que entonces eran bastante menos que hoy: "A las doce en Sol. Pásalo". Y a las doce la gente no cabía en Sol.
Llegó el 15 de mayo de 2011. Las redes sociales se inundan con cientos de post haciendo un llamamiento a manifestaciones pacíficas en contra de las medidas económicas y sociales del gobierno vigente.
Una de ellas, convocada en la Puerta del Sol, inició de manera espontánea el movimiento 15M y la famosa Acampada de los Indignados...
En los días siguientes, Internet y los celulares volvieron a inundarse de mensajes convocando a los ciudadanos a manifestar su indignación: "Nos vemos en Sol. Pásalo".
No descubro ningún secreto al decir que las redes sociales se utilizan como instrumento de difusión de los ciudadanos por lo instantáneo del mensaje y por la falta de rigor y objetividad de la prensa, que actúa al son que marcan los mercados a los que sirven.
Tal éxito ha sobrepasado a la clase política que dicta censura sobre la libre expresión ciudadana. El gobierno español quiere reformar el Código Penal, por lo que difundir convocatorias a través de las redes sociales sea considerado "Delito de integración en organización criminal".
Hasta ahí podríamos llegar, carajo. ¿Dónde está la libertad?
Otra propuesta es incluir como delito contra la autoridad la resistencia pasiva, el derecho de los trabajadores a la huelga. Y lo peor es que hasta el presidente mari-Ano Rajoy lo dice abiertamente sin que le duela prenda al manifestarlo. Vuelvo a preguntar: ¿Dónde está la libertad?
Según el conceller de Interior de Catalunya, Felip Puig, hay que actuar así: "...para que la gente tenga más miedo al sistema y no sea tan osada".
Anoche volví a la Puerta del Sol como hace un año, sin miedo.
El Gobierno había advertido que las fuerzas de seguridad intervendrían a partir de las 22.00 horas para sacar a todo el mundo de la plaza y evitar que los asistentes desplegáramos el material necesario para pasar la noche allí pero desobedecimos la orden y cuando el reloj marcó la medianoche protagonizamos una sonora pitada.
Somos el 99 %, seguimos en las calles de las grandes ciudades para revivir el movimiento que nació hace un año. Ahora el Gobierno ha autorizado las protestas pero amenaza que no permitirá que se repitan los asentamientos que hicieron famoso al 15M en el planeta.
Seguimos en las calles.
Pásalo.
Un abrazo muy fuerte a todos. Y no me pregunten más por qué con mi edad voy a estas movilizaciones. La razón es una: hay que hacer algo... ¡por c......!
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