El sistema penitenciario cubano desarrolla programas de formación básica y profesional, acceso a la cultura y práctica del deporte en aras de la reincorporación social de los reclusos.
Según fuentes oficiales, citadas este martes por el diario Granma, en la actualidad unos 27 mil internos reciben instrucción escolar en todos los niveles de enseñanza, mientras más de 24 mil están incorporados a la capacitación de oficios a pie de obra o en cursos especializados.
En ese escenario, una cifra superior a las 23 mil personas encarceladas realiza hoy trabajo socialmente útil, a partir de principios como la voluntariedad y la remuneración por sus servicios, precisa la propia fuente.
Respecto a la formación cultural, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, el Ministerio de Cultura y organizaciones de la sociedad civil ejecutan diversos programas en las prisiones del país.
Gracias a la gestión de esas entidades, muestras plásticas y fotográficas, conciertos y presentaciones fílmicas llegan de manera sistemática a instalaciones del sistema penitenciario de la isla.
Destaca por su impacto la "Expedición cultural por el mejoramiento humano", organizada por el cantautor Silvio Rodríguez desde 2008, en la que participan escritores, trovadores, cineastas, pintores e instructores de arte.
"La cultura me ha hecho mejor persona, me ha permitido entenderme con los demás, querer a los demás y, por supuesto, que me quieran. En la medida en que eso se conciba en un ámbito tan especial como son las prisiones, me parece que vamos a ser un tilín mejores", dijo Rodríguez a propósito de la iniciativa.
También se desarrolla en las cárceles cubanas la práctica masiva del deporte, que incluye olimpiadas en todo el país con el respaldo del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación.
La reincorporación a la sociedad puede acelerarse atendiendo al comportamiento de los sancionados, las características de los hechos cometidos y su situación familiar y de salud.
Bajo esos principios, en los últimos seis meses fueron excarceladas por distintos beneficios más de 10 mil personas, fruto de la labor conjunta del Tribunal Supremo Popular, la Fiscalía General de la República y los órganos especializados del Ministerio del Interior.
De acuerdo con el diario Granma, además del accionar en función de la reinserción social, el Gobierno de Cuba trabaja de manera permanente en garantizar las condiciones de vida de los reclusos, a través de la atención integral de salud y la ejecución de proyectos para reparar centros penales.
En ese sentido, se han realizado actividades para mejorar las condiciones de los 57 mil 337 internos, a partir de un proceso de inversiones en infraestructura previsto en el período 2007-2017.
Respeto a los prisioneros, un principio inviolable
Junto al accionar para la reinserción social, constituye un principio básico del sistema penitenciario de la isla el respeto a la integridad física de los reclusos.
Desde el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959, este ha sido un país libre de torturas y maltratos a prisioneros, señaló el abogado Antonio Llibre, especialista en derecho internacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.
El también historiador consideró en declaraciones a Prensa Latina que desde la propia gestación del proceso revolucionario fue esa una postura promovida por su máximo líder, Fidel Castro.
Fidel Castro nos acostumbró a ese comportamiento desde la lucha en la Sierra Maestra, donde jamás maltratamos a un oficial o soldado enemigo capturado, todo lo contrario, le dábamos la atención médica y alimentaria a nuestro alcance, aseguró el jurista próximo a cumplir 80 años.
Llibre participó en la Sierra Maestra en la entrega de prisioneros a la Cruz Roja.
Aprovechábamos cada tregua para entregarlos sanos y salvos, mientras los heridos eran devueltos luego de recibir toda la atención posible, apuntó.
El miembro de la Unión Nacional de Juristas -una organización no gubernamental con más de tres décadas de labor- insistió en que la práctica del respeto a los prisioneros ha continuado en la isla, al amparo de la Constitución de la República y de otras normas sustantivas y procesales
La Carta Magna en su artículo 58 refleja que el detenido o preso es inviolable en su integridad personal, mientras el acápite 30.11 del Código Penal establece que "el sancionado no puede ser objeto de castigos corporales, ni es admisible emplear contra él medida alguna que signifique humillación".
También documentos internos de instituciones, como el Reglamento Penitenciario Cubano, descartan el amparo a cualquier maltrato, cuando refrenda que la ejecución de las sanciones y medidas se lleva a cabo dentro de la observancia de la legalidad socialista, excluyendo todo tipo de medida que pueda causar sufrimientos físicos o psíquicos.
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