El arzobispo de Miami, Thomas Wenski, acudió hoy a las nuevas oficinas de esta agencia, que fue una de las que trabajó con la Archidiócesis de esta ciudad en la organización del peregrinaje de unos 300 católicos a Cuba para asistir a la visita del papa Benedicto XVI a la isla.
Wenski bendijo esta nueva oficina en un acto al que se invitó a quienes participaron en el citado peregrinaje del pasado marzo, para que “expresen su solidaridad y sus oraciones”.
El pasado mes de abril, un incendio que según peritos del Departamento de Bomberos fue provocado, dejó severamente dañadas las instalaciones de esta agencia de vuelos chárter a Cuba, creada en 1982.
Un equipo antiterrorista y agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) investigan aún el suceso, aunque por el momento no ha sido detenido nadie.
La propietaria de la agencia de viajes, Vivian Mannerud, advirtió en su día a los investigadores que había recibido amenazas y había sido objeto de “actividades hostiles debido a la naturaleza de su clientela”, según el informe del Departamento de Bomberos.
Los expertos encontraron en el suelo, junto a una de las paredes dañadas, “restos de una botella verde de cristal” y “un objeto que parecía ser un trozo de pavimento”, que podría haber sido utilizado como “proyectil para romper los cristales del edificio”.
Además hallaron restos de un “líquido para acelerar el efecto incendiario”, según las autoridades.
En las décadas de los setenta y ochenta se produjeron en Miami varios atentados contra compañías de viajes a Cuba, organizados por grupos terroristas que han convivido allí con la complacencia de las autoridades.
Un célebre criminal, Luis Posada Carriles, vecino de esa ciudad, fue juzgado en EEUU por mentir a las autoridades migratorias, a pesar de que el gobierno de Venezuela reclama su extradición por la voladura de un avión civil cubano que costó la vida a sus 73 pasajeros.
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