Los grupos chocaron en las inmediaciones del palacio presidencial después de que la líder de las Bartolinas, mujeres campesinas afines al gobierno, hiciera declaraciones a medios de comunicación, en medio de una marcha que ingresaba a la Plaza Murillo.
Los policías amotinados arremetieron contra los oficialistas a golpes y patadas, y vestidos de civil y con pasamontañas lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los seguidores del mandatario, dijo la radio Erbol de Bolivia.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, dijo en conferencia de prensa que se está pidiendo a la población que mantenga el espíritu de resistencia, porque hay gente que quiere muertos y “no podemos dejarnos (ni) responder a la provocación”.
Morales aseveró la víspera que ve afanes golpistas en el conflicto policial, y acusó a la derecha de infiltrarse entre los agentes de bajo rango que demandan un incremento salarial.
"El presidente mantiene su decisión de lograr una solución por vía democrática, evitando cualquier derramamiento de sangre", dijo a su vez a reporteros la ministra de Comunicación, Amanda Dávila.
Tras el incidente, policías vestidos con chaleco antibalas, cubiertos con pasamontañas y empuñando armas de fuego protestaron frente a las puerta del Palacio de Gobierno, haciendo disparos al aire para advertir al gobierno que no envíe a sus seguidores.
El domingo, cuando parecía que las partes lograban un acuerdo, las conversaciones volvieron a un punto muerto tras el rechazo de los amotinados a un convenio que los líderes de la protesta firmaron con autoridades y jefes policiales. (Con información de Notimex)
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