Como todo faro que se respete, Fanal Cubano no apagará su linterna pese a los siete días de asueto que casi a la cañona se tomará su editor, no sé si merecidas, si sé que muy necesarias tras un año sin faltar un solo día a su cita diaria con sus lectores.
Verano, sol, playa, olimpiadas son ofertas demasiado tentadoras como para no hacer un alto en medio de un camino con mucho tráfico, de ahí que los deje con esta luz intermitente de estacionamiento en señal de parada sólo momentánea, apenas un descanso al recalentado motor, con la certeza de continuar luego la ruta con nuevos y renovados bríos en la batalla por expandir al mundo la verdad de y desde Cuba. Juro que los voy a extrañar. Hasta el próximo lunes.
El Editor
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