Lidia Sol Michel
Parece extinguirse per se la prominencia política del senador demócrata Bob Menéndez. El escándalo lo esta cercando desde que el FBI valora como información precisa los favores sexuales pagados a prostitutas en República Dominicana, entre ellas menores de tan solo 16 años. El senador y su oficina lo niegan pero el agente especial Regino Chávez de la investigación federal, le escribe a su fuente: “Hemos podido confirmar la mayor parte de la información que había proporcionado sobre Menéndez y las prostitutas”.
Desde agosto del año pasado la pesquisa federal le sigue el rastro a los indicios bochornosos de sus viajes dominicanos con un viejo amigo, Salomon Melgen, donante de sus campañas, afín a sus juergas. Y antes, en abril, Carrie Levine, director de investigación de ciudadanos para la responsabilidad y la ética en Washington (CREW) fue advertido sobre fiestas de Bob Menéndez con sexo pagado y alcohol. A colación con esas prácticas reaparecen otros asuntos que han insistido en la faceta turbia del senador. La fiscalía estadounidense en Nueva Jersey, indagó los vínculos con Menéndez por el alquiler de oficinas al North Hudson de acción comunitaria, un grupo de lucha contra la pobreza sin ánimo de lucro y financiado con fondos federales, lo que levantó sospechas de desvío de dinero. El caso fue cerrado en 2011 pero el estallido mediático actual acaba de motivar la reacción del Comité de Ética del Senado de Estados Unidos. Bajo el anonimato uno de sus integrantes comentó a EFE que sopesan las acusaciones contra el senador demócrata por aceptar indebidamente viajes gratis en el avión privado del oculista a la República Dominicana.
Una redada del Buró Federal de Investigaciones en la sede del poderoso oftalmólogo Salomon Melgen en el condado Palm Beach, Florida, disparó las informaciones sobre sus regalos y amistad con Robert Menéndez quien según medios norteamericanos influyó a favor de los negocios de su amigo en República Dominicana. Los agentes investigaban fraude al Medicare, programa de cobertura de seguridad social administrado por el gobierno de Estados Unidos, pero también buscaban pruebas sobre las relaciones de Melgen con miembros del Congreso, entre ellos Menéndez a quien ha donado significativas sumas durante sus campañas. La última lo mantuvo en el congreso y lo ha llevado hasta la presidencia del influyente Comité de Relaciones Exteriores. Sustituye a John Kerry quien acaba de asumir su responsabilidad como secretario de estado.
Menéndez vs Cuba
Si no se disipa la tormenta que puede fulminar su carrera Robert Menéndez tendría un nuevo escenario para sus empeños políticos, ligados a su condición de cubano americano. Cualquier intento de liberalización de la política norteamericana hacia Cuba ha encontrado la disposición del senador demócrata a torpedearla. Menéndez pertenece a una facción renuente al cambio dentro de la comunidad originaria de la isla residente en Estados Unidos. Aunque el 72% es consciente de que el bloqueo no ha funcionado, Bob Menéndez no solo se opone a la derogación de la política, sino que ha asumido posiciones contra las libertades de la propia ciudadanía norteamericana y rechaza el fin de la prohibición que le impide viajar a Cuba. Con similar renuencia se posiciona contra el apoyo actual de América Latina hacia el gobierno de la isla que han elegido los cubanos. En el 2009 llegó al punto de amenazar con el fin del financiamiento de Estados Unidos a la Organización de Estados Americanos (OEA) si analizaba el regreso de Cuba a tenor de la disposición expresada por parte de gobernantes latinoamericanos, tanto de izquierdas como de derechas. Mantener las sanciones contra Cuba forma parte de la presión que desea ejercer el senador demócrata dentro de una estrategia de extrema derecha para doblegar al país caribeño. Sirve a esos intereses de estrangulamiento la Ley Helms Burthon aprobada en 1996 que también favoreció los fondos destinados a intentar la caída de Raúl Castro. El dinero facilita la fabricación de opositores y la entrega de equipos tecnológicos para expandir la encomienda. Alan Gross cumple 15 años de prisión en Cuba al ser declarado culpable de viajar por la isla cumpliendo actos subversivos. En ese contexto funcionarios de la administración norteamericana quisieron reducir la financiación y eliminar los fines más cuestionados del programa. Nuevamente esos esfuerzos chocaron con los intereses de los legisladores cubano-americanos, incluyendo a Robert Menéndez quien manifestó públicamente su oposición a los recortes o a la transformación del proyecto anticubano.
El senador atraviesa una situación en la que ha caído motu propio si mantuvo, como investiga el FBI, relaciones sexuales con menores dominicanas e incurri ó en un delito que le obligaría a abandonar sus responsabilidades. Quizás a estas horas Menéndez esté disponiendo los detalles del funeral político cuando pensaba que vivía su momento más descollante. Solo por las sospechas publicadas los periódicos suelen adelantar la redacción de las esquelas. (Tomado de Rebelión)
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