Los primeros días de 2011 estrenaron en la Isla una nueva división político-administrativa, diseño territorial al que se incorporaron las nacientes provincias de Mayabeque y Artemisa. El desgaje de esta última del catastro de Pinar del Río, que cedió sus tres municipios más orientales (Bahía Honda, Candelaria y San Cristóbal) para ese parto, representó en términos deportivos una encrucijada en la labor de técnicos y entrenadores, sobre todo en aquellas disciplinas de más arraigo, tal cual resulta el caso del deporte de las multitudes en la patria chica del desaparecido Polo Montañés, asiento del cuartel general de los pativerdes (La Bombonera de San Cristóbal) y la escuela de fútbol fundada allí con aporte de la Federación Cubana.
Arrancaron de cero prácticamente, pero en dos años Pinar del Río ha vuelto por sus fueros y lo acaba de demostrar con su buen paso en la ronda de Clausura del 98 Campeonato Nacional, a la cual el seleccionado occidental se clasificó como líder de su grupo clasificatorio, el A, y segundo en términos globales sólo superado por el doce veces campeón nacional Villa Clara.
Al término del encuentro en el que sus pupilos cayeron 0-2 ante los Marineros del Cienfuegos, Pablo Elier Sánchez, el actual director técnico de un conjunto que en su historia atesora siete títulos cubanos, habló para Fanal Cubano del trabajo desarrollado, sueños y aspiraciones del once pinareño:
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