El periplo -un hecho poco común en el mundo, según las autoridades locales- incluye lugares abiertos y cerrados, en dependencia del tipo de internamiento. Durante el recorrido, la prensa tendrá total acceso a las celdas de los reclusos, el hospital, el teatro donde se desarrollan actividades culturales para su esparcimiento, así como lugares de trabajo y estudio.
En las prisiones cubanas se desarrollan diversos programas que, desde un enfoque multidisciplinario trabajan en el cambio humano que necesitan los reclusos para su posterior reinserción en la sociedad. Entre los aplicados en las penitenciarías están los relacionados con la práctica del deporte, el denominado Educa a tu hijo para el fortalecimiento del vínculo de los internos con sus seres queridos y otros para la expresión cultural y el disfrute de espectáculos artísticos.
Respecto al acceso voluntario al estudio y el trabajo, datos oficiales ubican en miles los beneficiados. La estadística oficial apunta a la existencia en Cuba de 27 095 personas en régimen interno incorporadas al estudio en diferentes niveles de enseñanza y se capacitan además en algún oficio.
El ingreso a la enseñanza superior es un estímulo para los sancionados que son bachilleres y mantienen buena conducta.
Desde el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959, se han construido en la isla nuevas instalaciones que permitieron desmantelar las viejas prisiones e incorporar conceptos humanistas en sintonía con las normas y principios desarrollados por la ciencia penal en el planeta.
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