Con el pronóstico de entre trece y 20 organismos tropicales con nombre comienza hoy la temporada ciclónica para la cuenca del Atlántico, el Golfo de México y el mar Caribe, período que se extiende hasta el 30 de noviembre.
Expertos de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés), indican que de los ciclones previstos, entre siete y once llegarán a ser huracanes, algunos de los cuales podrían ser de gran intensidad, y alcanzar categoría tres, cuatro o cinco, en la escala Saffir-Simpson.
Factores climáticos como el aumento de la temperatura del mar, y la ausencia del fenómeno "El Niño", que facilitan la formación de ciclones, así como la fortaleza del monzón en África occidental, fueron tomados en cuenta a la hora de realizar las predicciones, indicaron expertos.
La NOAA señaló que la tendencia en el aumento de tormentas, que comenzó hace 18 años, está vinculada a las temperaturas más cálidas en el Océano Atlántico bajo y el Mar Caribe, donde la mayoría de los fenómenos ciclónicos tienen lugar.
Se espera que las condiciones oceánicas y atmosféricas en la cuenca atlántica produzcan este año más huracanes y más fuertes, advirtió Gerry Bell, del Centro de Predicción Climática de la NOAA.
De cumplirse estos pronósticos, la temporada será claramente más activa de lo normal, no obstante a comienzos de agosto, antes de que se inicie el periodo de máxima actividad, la NOAA actualizará sus previsiones.
Sin embargo, vale destacar que aunque la mayor preocupación radica en la formación de huracanes de categorías superiores, Kathryn Sullivan, administradora en funciones de la NOAA, indicó que una tormenta tropical o un huracán de baja categoría también pueden tener efectos devastadores, no solo en las zonas costeras.
A menudo los fuertes vientos, las lluvias torrenciales, las inundaciones y los tornados amenazan también a las zonas interiores, lejos de donde la tormenta toca tierra, explicó.
De acuerdo con la práctica anual, los nombres seleccionados este año para los organismos que rebasan la categoría de depresión tropical (vientos entre 63 y 117 km/h con un centro definido) son Andrea, Barry, Chantal, Dorian, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Ingrid, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Nestor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastián, Tanya, Van y Wendy.
La práctica de relacionar a los fenómenos meteorológicos comenzó hacia los primeros años del pasado siglo, con el objetivo de ayudar a identificarlos rápidamente en los mensajes de alarma.
Desde entonces siguen un sistema establecido por la Organización Meteorológica Mundial, que incluye una lista ordenada alfabéticamente. En el caso de aquellos nombres que identifican a huracanes muy destructivos no vuelven a emplearse nunca más.
Tal es el caso de Katrina, que golpeó Estados Unidos en 2005, y el Mitch, Honduras, 1998. También se retiró el de Sandy, considerado el ciclón más letal sufrido en este país en los últimos 40 años y el segundo más costoso.
A finales de la temporada pasada, Sandy causó la muerte directa de al menos 147 personas, 72 de ellas en Estados Unidos, pese a que cuando tocó tierra en esta nación ya no tenía categoría de huracán.
Cuando en una temporada ocurran más de 21 ciclones tropicales con nombre, las tormentas adicionales tomarán su nombre del alfabeto Griego: Alpha, Beta, Gamma, Delta.
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