Francisco G. Navarro
Cuando se pierde no hay alegría ni buen trabajo, fue casi la única frase que, con la compuerta de la hombría cerrada a las lágrimas, pudo articular el lanzador Noelvis Entenza tras protagonizar otra gala de pitcheo.
La victoria volvió a resultarle esquiva al derecho de Cienfuegos en su tercer duelo durante los últimos once días con el también diestro Freddy Asiel Álvarez, el artífice de la clasificación de Villa Clara, este miércoles, a la final del Campeonato cubano de Béisbol.
Ambos cabezas de staff protagonizaron desde la lomita una épica que por mucho tiempo permanecerá en la memoria de los amantes del deporte rey de Cuba, una de esas antiguas cruzadas por el honor en la cual tanto el anaranjado como el verdinegro amurallaron de talento y coraje sus respectivas trincheras.
Rara vez quien no sale en andas cuando se acalla el metálico fragor de los sables cruzados recibe tanto elogio como Entenza, una estatua de ébano a la tristeza, pero también a la entereza cuando el graderío del estadio del Cienfuegos comenzaba a despoblarse por última vez en la temporada, tras ceder 4x2 frente a Villa Clara en su semifinal.
A la tercera tampoco pudo ir la vencida como pronosticaban algunos de los mejores conocedores del juego, pero el número 90 de los Elefantes firmó una impecable actuación en siete y dos tercios sin carreras, un solitario sencillo, un boleto y un pelotazo.
En los términos de calidad que acuña la sabermetría aventajó por un punto (82-81) al performance de su rival, pero el máximo de 100 lanzamientos que reglamenta la liga para un tirador decretó su salida del box en el octavo tras dos outs.
Hace unos años esta norma en los campeonatos de Cuba estaba fijada en los 120 pitcheos, y alguna vez en los play offs se prescindió de esa fórmula preservadora de brazos a ultranza.
Álvarez logró sacar un out más que el jefe de staff de los paquidermos, pero las dos aficiones por igual hubieran disfrutado hasta el delirio la extensión de la pulseada viril entre los dos titanes hasta que uno cayera rendido en medio de la arena.
Enfrentar a los medios parecía más difícil para Entenza que domeñar a la ofensiva de los Anaranjados: solo dijo que el Villa Clara había estado inmenso ayudado por el mejor pitcher de Cuba, Freddy Asiel.
A continuación el gladiador tragó en seco y apostilló aquello de la alegría y el buen trabajo opacados por la nube de la derrota, aunque esta no fuera a su récord, pero suponía la cancelación de un sueño que su equipo acarició durante toda la temporada.
Hasta que Ariel Borrero, inicialista y cuarto bate del Villa Clara, sentenció la ilusión frente al relevista Leorisbel Sánchez con un estacazo que acarició los colchones del vallado allá por el horizonte angular de los 390 pies.
El propio "Remolcador", como popularmente fue bautizado el inicialista naranja, comentó que Noelvis Entenza se hizo grande en el play off y lo considera listo para empeños mayores, algo que en esta nación antillana solo tiene una posible lectura, vestir la chamarra de la selección nacional absoluta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario