Apuntes al vuelo mientras Evo regresa a Bolivia

Al filo de las cinco de la tarde de este miércoles (hora europea / cerca de las 9:00 a.m., en Cuba) tocó tierra en el aeropuerto de Gando, en la isla de Gran Canaria, el avión del presidente de Bolivia, Evo Morales, para realizar una escala técnica antes de emprender el viaje definitivo para La Paz, capital de su país.
El primer presidente indígena en más de 500 años de historia desde el descubrimiento del Nuevo Mundo debió soportar en Viena, la capital de Austria, la afrenta de más de doce horas de inexplicable parada de emergencia, obligado por la negativa de los gobiernos de cuatro naciones de la "culta" Europa, quienes en servil respuesta a requerimientos de Washington (y esto es pura intuición de quien escribe), negaron ruta y aterrizaje para el cumplimiento de los requisitos de seguridad de un vuelo trasatlántico.

Entendible entonces que Evo, a pesar de la parsimonia propia de las gentes del altiplano, se mostrara molesto y perplejo con la actitud de los gobiernos de Francia, Italia, Portugal y España, pero en especial con este último, el del conservador Mariano Rajoy, quien primero no respondió a su solicitud de sobrevolar el espacio aéreo de la península y después, cuando se encontraba virtualmente en un estado de secuestro circunstancial en Viena, cursó instrucciones para que su embajador en Austria, Yago Pico de Coaña, tratara de entrar al avión presidencial con el pretexto de compartir un café para hurgar en el interior y corroborar que el ex técnico de la Agencia de Seguridad Nacional Eduard Swowden no viajaba con él.
Según reseña Armando G. Tejeda, corresponsal del diario, La Jornada, el avión presidencial de Morales aterrizó sin contratiempos en el aeropuerto español, donde cargaría combustible y sería sometido a una última revisión mecánica antes de viajar de regreso a Bolivia.
Es posible que a esta hora exacta ya la aeronave, cumplidos los trámites de rigor, curse su travesía sobre el oceano que nos separa. Pero aunque detrás vayan quedando en la tenue línea del horizonte los últimos visos del Viejo Continente y con ellos los recuerdos del mal rato, para nadie es secreto que el tratamiento irrespetuoso al mandatario, además de una agresión diplomática a Bolivia y una falta a la investidura de Evo -un hecho hasta ahora inédito y que ha puesto en entredicho el respeto de varios países europeos a los tratados internacionales-, la actitud asumida por cuatro naciones europeas a los requerimientos del país que sin pizca de motivos que le asistan en lo moral o lo ético pretende erigirse en gendarme mundial, se prestaron a un acto de ofensa contra Latinoamérica.
A los del planeta todo, no sólo a aquellos pueblos que integran el concierto de naciones de esta parte llamada por los conquistadores Nuevo Mundo, nos asiste el derecho a cuestionar hacia dónde miraban y qué hacían estos mismos gobiernos, y otros de aquella propia zona geográfica, cuando sus cielos fueron utilizados por la US Air Force para los llamados vuelos de la CIA, en los que miles de prisioneros bajo la presunción de integrar grupos terroristas fueron trasladados a cárceles secretas en los cinco continentes.
Entonces nadie preguntó nada, ninguno se tomó molestias ni expidió órdenes de cerrar sus corredores aéreos. El amo andaba a su libre albedrío y campeaba por sus respetos con total dominio del aire.
Mientras Evo se aproxima cada vez más a su país luego del provocador incidente, que como bien alegaron autoridades del país andino busca amedrentar a quienes piensan distinto del imperio, la Patria Grande cierra filas y hace gala del orgullo de sus pueblos originarios cuando exige una reivindicación en señal de que esta parte ya no es el patio trasero de Estados Unidos y mucho menos Eldorado donde saquear recursos y materias primas para acrecentar sus economías a costa de las venas abiertas de esta América Nuestra.