El diario de un ingeniero nipón, que sale a la luz hoy, permite a los lectores una visión personal y detallada del ataque atómico de Estados Unidos contra Hiroshima 68 años atrás.
La tragedia de aquel momento experimentada por miles de civiles toma vida en las páginas del cuaderno personal del difunto Hiroshi Morikawa, quien en el 6 de agosto de 1945 trabajaba como ingeniero de la cadena japonesa de prensa NHK, en Hiroshima.
Cuenta el diario que a la hora cero del suceso, su autor se encontraba a poco más de un kilómetro del lugar donde cayó la bomba.
Morikawa describe que fue testigo de la destrucción de su edificio de viviendas y relata su necesidad de informar a los ciudadanos acerca de aquel ataque aéreo estadounidense, motivo por el cual desafió a la muerte para ir a la estación a posibilitar la transmisión noticiosa.
Con la cabeza y parte del cuerpo envueltos en una cobija mojada se dirigió a los estudios de la radiodifusora, trayecto en el que esquivó los incendios de la ciudad en ruinas.
Anota en el diario que una emisora de Osaka había solicitado la difusión del servicio de radio de onda corta y según sus apuntes lo consiguió ese mismo día.
Luego de intensos bombardeos, durante la Segunda Guerra Mundial, la bomba nuclear Little Boy fue lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima que provocó 140 mil muertos.
Tres días después el gobierno de Harry Truman ordenó detonar otra, la llamada Fat Man sobre Nagasaki y que causó la muerte de otras 80 mil personas.
Esos dos bombardeos se inscriben entre los más macabros hechos que registran las páginas de la historia universal, sobre todo por la pérdida de personas inocentes y los cientos de otras que quedaron traumatizadas y mutiladas por el efecto de la radiación.
La gran mayoría de las víctimas eran civiles como Morikawa quien desde la perspectiva de los afectados cuenta en su diario los horrores de aquel lunes tristemente célebre en Hiroshima.
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