"Bobo, se te agradece el interés, pero de al lado de esta gente no salgo ni así me den candela", le diría Leopoldo al senador Bob Menéndez. |
Le viene bien endilgado el adjetivo, porque desde Colombia, donde se encuentra de visita, el senador demócrata Bob Menéndez, un crápula asociado a la mafia cubanoamericana, llamó este martes a que la “comunidad internacional” rechace el encarcelamiento del líder fascista venezolano, Leopoldo López, detenido hace una semana por provocar violencia en su país.
“Hago un llamado a la comunidad internacional para unirnos y rechazar el encarcelamiento injusto del líder opositor Leopoldo López, y la continua persecución política de María Corina Machado, Carlos Vecchio y otros miembros de la oposición política del país”, dijo Menéndez, quien es objeto actualmente de una investigación del FBI por corrupción en el caso de la ayuda que brindó a dos banqueros ecuatorianos, los hermanos William y Roberto Isaías, que se encuentran fugitivos de la justicia de su país.
¿Bob será bobo de verdad o se hace el sueco para ver el entierro que le prodigan? ¿Por qué no se aventura y le pregunta al propio "Leopolvo" si desea salir para sumarse al guarimbeo irresponsable?
A pesar de los discursitos amplificados por la gran prensa, los lloriqueos y el chu chu chú mediático, a mucha gente le llamó la atención la manera casi angelical en que el camaján se entregó a la Policía Nacional venezolana. En medio de un enorme dispositivo mediático y al frente de su comparsita, claro está, para recomponer la imagen viril, pero se sabe que de dos problemas, el fascista ya había elegido el menor.
Y es que como frío calculador que resulta, el lidercillo prefirió ponerse a buen resguardo tras una reja -a pesar de los importantes y pesados cargos a los cuales deberá responder-, que poner el muerto por un tiro a mansalva venido de su propia gente, ansiosa de encontrar, a como diera lugar, un "mártir" para la causa de la guarimba desenfrenada.
DE QUÉ VIENE ESTA HISTORIA
Pongamos los puntos sobre las íes y hablemos de qué viene esta historia, con una trama bien real y concreta.
Leopoldo López, sin duda alguna el principal instigador de los hechos de violencia ocurridos en Venezuela desde hace ya varios días, se entregó a la Policía al enterarse, de fuentes dignas de todo crédito, sobre los preparativos en marcha de un atentado en su contra.
El dirigente de la formación opositora Voluntad Popular decidió “cambiar sus planes” y entregarse a las fuerzas del orden público después de que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), publicara una conversación telefónica entre dos representantes de una organización ultraderechista de Miami que discutían planes para su ‘eliminación física’ con el fin de acusar de su muerte al gobierno de Maduro y crear una crisis política que llevara al país a una guerra civil.
En declaraciones a la cadena de televisión de noticias Russia Today, el analista Nil Nikándrov señala que los conspiradores externos enviaron varios grupos de terroristas a Venezuela, además de contar con cómplices dispuestos a todo en el entorno cercano de López.
Suena a cuento truculento, pero los agentes del centro CIA en Caracas (su base se sabe es la fortificada sede de la embajada de EEUU en esa capital) sabían las intenciones de los terroristas, y aun así no tomaron medidas para garantizar su seguridad ni compartieron información con su contraparte, como suele suceder en estos casos aunque parezca contradictorio.
Nikándrov destaca que el líder de la oposición “fue condenado a un asesinato a sangre fría en interés de Estados Unidos (...) Los conspiradores esperaban que este ‘mártir’ desencadenara procesos de desestabilización en el país”, y añade que el asesinato también habría permitido fortalecer las posiciones del otro líder opositor, Henrique Capriles, viejo rival de López y en esos momentos en una situación de bajo perfil, vaya casualidad*.
A pesar de la tensión que existe en Venezuela y de los múltiples problemas que López creó al gobierno, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, contactó personalmente con la familia del opositor y advirtió de la potencial amenaza que sobre él se cernía.
Por su parte, la esposa de López, Lilian Tintori, confirmó a medios estadounidenses que la veracidad de la grabación nunca estuvo cuestionada, ya que conocían a la gente que planeaba el asesinato.
Así las cosas, a Bob puede que lo enlisten como bobo, le enganchen una pluma en sus partes pudendas y lo vendan como guanajo en el Tropical Park durante la Feria Internacional Agrícola, Ecuestre y Ganadera de Miami. Pero el cabecilla fascista, pragmático y nada dado al patrioterismo, prefiere que le recuerden por el más sensato epitafio de "Aquí corrió Leopoldo" al de "Aquí jodimos al berraco de Leopoldo".
(*) Refuerza esa tesis la posterior postura del gobernador del estado Miranda, volcado a una inusitada ofensiva desde que la víspera, en abierta provocación al Presidente Nicolás Maduro, se convirtió en el único ausente a la sesión del Consejo Federal de Gobierno en el Palacio Blanco, en Caracas.
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