El secretario de Defensa, Chuck Hagel, solicitó este miércoles al Congreso más de 7.700 millones de dólares para Las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE), lo que representa 10 por ciento por encima de lo asignado en 2014, además de un aumento del personal de 66.000 a 69.700 efectivos.
Hagel argumentó que esas unidades élites desempeñan un papel clave en la lucha contra el terrorismo, en la respuesta a crisis en la arena internacional y el desarrollo de relaciones con sus similares en otras naciones, en particular entre los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Uno de los principales objetivos es lograr que las FOE, presentes hoy en más de 70 naciones, integren una estructura vinculada a través de redes de comunicaciones seguras con alcance global, para llevar a cabo acciones de subversión como las que realizan en Ucrania en cooperación con sus aliados.
En este sentido, el jefe del Comando de Operaciones Especiales, almirante William McRaven, dijo recientemente ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes que las unidades que él dirige incrementarán su presencia en los próximos años en todo el mundo.
Al esbozar su plan perspectivo denominado Visión 2020, McRaven resaltó que las FOE cumplirán las misiones con efectividad gracias a sus vínculos estrechos con la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional, el Buró Federal de Investigaciones y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos.
Como ejemplo de la creciente importancia que Washington concede a estas fuerzas, el almirante destacó el inicio de inversiones por más de 50 millones de dólares en las instalaciones de la jefatura de ese mando en MacDill, estado de Florida, a pesar de los recortes generales anunciados para el Pentágono.
En el área civil, los programas de subversión de Washington también recibieron fuertes partidas este año, como es el caso del Departamento de Estado con más de 46.000 millones de dólares, que incluye fondos para la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID).
El presupuesto asigna 1.100 millones de dólares para actividades subversivas en Siria, y otros 400 millones para acciones similares en interés de la influencia de Washington en todo el Medio Oriente.
Esto es solo una muestra de la intromisión de Washington en los asuntos internos sirios, pues medios de prensa estadounidenses revelaron recientemente que el Congreso de ese país aprobó en secreto el envío de armas y ayuda financiera a las bandas que operan en la nación del Levante.
Un informe de la Corporación Rand, uno de los llamados tanques pensantes estadounidenses, señala que las FOE tienen hoy más misiones que nunca antes, a la par que su financiamiento conjunto se ha quintuplicado desde 2001, tendencia que sigue su curso actualmente.
En la medida en que Estados Unidos reduce las intervenciones militares en gran escala, crece la importancia de las FOE como brazo armado y de apoyo a grupos subversivos, agrega el estudio.
La Circular de Entrenamiento TC-18-01 del Pentágono, publicada en noviembre de 2010 bajo el título “La Guerra no Convencional (GNC)”, reafirma la importancia que el mando militar norteamericano confiere a dichas unidades élites.
En ese sentido señala que las FOE son factores claves en las acciones subversivas “para explotar las vulnerabilidades psicológicas, económicas y políticas de un país adversario, desarrollar y sostener las fuerzas de la resistencia y cumplir los objetivos estratégicos norteamericanos”.
Al respecto, el documento afirma que las FOE son las únicas específicamente designadas para este tipo de contienda, por sus capacidades únicas para infiltrarse en territorio enemigo, entrenar a los grupos subversivos y coordinar las acciones de estos.
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