Edmundo García
Parafraseando un título del maestro Gabriel García Márquez, hoy quiero hablarles de un tema, basándome para ello en mi experiencia personal. Sirve mucho para este trabajo el haber sido durante años reportero de noticias en canales de televisión en el terreno, en la calle. Uno aprende que una redacción, ya sea de radio o de televisión, pero sobre todo de televisión porque es de todos los medios el más caro, no envía de viaje a un equipo por casualidad, a ver si sucede algo en determinado lugar.
No lo hace porque hay que realizar gastos en producción, pagar tiros de satélite, camarógrafos, productores, periodistas, etc. No se arriesga esta inversión si no se está seguro de que algo va a suceder.
Usted no envía, por ejemplo, un equipo a Tampa o Sarasota y les dice que se planten allí a ver si pasa algo. Eso no sucede en ninguna televisión del mundo.
Por eso creo que es muy sospechoso que el Canal 41 América Tevé de Miami, de Omar Romay, haya enviado a Puerto Rico, a San Juan, al periodista y ya activista anticastrista Rolando Nápoles, junto con un equipo completo de televisión, y que “casualmente” el día en que ellos estaban allí se produzca la deserción de ocho bailarines del Ballet Nacional de Cuba.
Es también muy sospechoso que precisamente Nápoles aparezca allí cubriendo todo eso. Y es muy significativo que aún sin permiso de trabajo, lo que estipula las leyes federales de Estados Unidos para todos sus estados, estas personas ya hayan sido contratadas para trabajar en Miami, este propio fin de semana, por la mini “compañía” de Pedro Pablo Peña. Un individuo que se dedica a piratear el talento del Ballet Nacional de Cuba, traerlo a Miami y ofrecerle una vida bastante magra.
Peña suele aparejar esta acción con un discurso público políticamente estridente y anti cubano, pero sobre todo cargado de una gran envidia (no puedo usar otra palabra) a Alicia Alonso. En algunas ocasiones le he escuchado el deseo de imitarla.
Hoy en día, en que cualquier bailarín puede obtener un contrato, si tiene talento para que se lo ofrezcan, y con ese contrato trabajar en el exterior y regresar a Cuba, es muy difícil justificar esta deserción con un motivo político. A no ser que se trate de bailarines cubanos que llegan a Estados Unidos, específicamente a Miami.
Es muy sospechoso además, como dijo el copresentador de nuestro programa la Tarde se Mueve Eddie Levy, que en los anuncios de dicho canal se proclame que ellos eran la única estación que tenía contacto con estos bailarines; como si hubiera algún trato de exclusividad por el medio. Parece como si existieran contactos desde antes que estos bailarines decidieran dejar en Ballet Nacional de Cuba.
Algunos bailarines han declarado tanto a dicho reportero Nápoles y programas de ese mismo Canal 41, que no le habían dicho a nadie sus planes de desertar, otros que tomaron la decisión en el último minuto. Bueno, si eso es así, cómo es que ese canal de televisión de Miami sabía que se iban a producir las deserciones.
La cobertura que ha hecho la televisión es digna de los peores reportajes de la Guerra Fría. Un artículo publicado ayer 10 de junio en El Nuevo Herald titulado “Un noveno bailarín cubano desertó a EEUU tras burlar los controles” afirma que uno de los bailarines llegó sin orientación al aeropuerto de Miami y se quedó en casa de una persona que conoció allí mismo, también de casualidad. Y que ni siquiera avisó a su madre en Matanzas que se iba del país porque temía que los teléfonos estuvieran ocupados. Pura película de agentes especiales en fuga.
No es la primera vez que sucede que la prensa de Miami se adelanta y anuncia deserciones antes que estas se produzcan.
El 24 de septiembre del 2013 un medio de Miami anunció que el lanzador Raciel Iglesias había abandonado Cuba por la Isla de la Juventud, donde residía. Y el día 26 se informó que Iglesias había sido detenido por tropas de guarda fronteras cubanas pues su salda ilegal se había frustrado. Las tropas cubanas encontraron a esta persona escondida en los mangles de la costa.
La propia prensa de Miami alertó que esa fuga se produciría. Lo que muestra que por alguna vía obtuvieron la información. Pudiera ser incluso que traficantes o leguleyos vinculados a este negocio de tráfico humano filtren información a los medios. Porque todo esto parece preparado, nada espontáneo.
La prensa de Miami, que se ha ido tras las “revelaciones” del Canal 41, no ha prestado atención a lo fundamental, al hecho artístico. El Ballet Nacional de Cuba fue ovacionado en Puerto Rico. Su directora Alicia Alonso, cuyo aporte al arte universal es indiscutible, fue homenajeada por las autoridades de ese país. En especial porel Secretario de Estado de Puerto Rico David Bernier. Esas deserciones ocuparon un segundo plano en la isla boricua, porque el Ballet Nacional de Cuba es una institución con cantera, escuelas y profunda huella.
El periódico puertorriqueño El Nuevo Día, en valoraciones citadas hoy por el periódico Granma, dice con elocuencia: “El Ballet Nacional de Cuba logró hipnotizar al público que llenó la sala y que aún después de terminada la función continuaba bajo el embrujo de la mundialmente famosa institución dirigida por la prima ballerina assoluta Alicia Alonso”.Esa es la noticia real, eso es lo que permanece en el tiempo. (http://www.granma.cu/cultura/2014-06-10/virtud-danzaria-encanto-a-puerto-rico)
La presentación anoche de los bailarines en el programa El Espejo, que conduce Juan Manuel Cao en dicho canal, fue penosa y espantosa. Los jóvenes dejaron claro que les interesaba intentar bailar en roles más importantes y que abrirse paso en el Ballet cubano era muy difícil. Es lógico, hay mucha competencia en Cuba porque hay mucho talento.
Durante toda la presentación los bailarines estuvieron escoltados por el susodicho Pedro Pablo Peña, quien es ahora su nuevo “director”; y también por el interrogador Juan Manuel Cao, quien constantemente estuvo tratando de sacar alguna declaración política a los invitados sin lograrlo.
Una de las bailarinas, por cierto, agradeció la ayuda que habían tenido en Puerto Rico para la deserción por William Carmona. Un hecho que confirma las sospechas que les decía. Carmona es un pintor imitativo, en Cuba no sobresalió ni un solo día como artista; se ha inventado que su estilo es “surrealismo tropical” pero en verdad no es otra cosa que un imitador epigonal del maestro Roberto Fabelo. Para hacerse de un mercado en Puerto Rico William Carmona se ha vendido en su discurso público a la extrema derecha cubana, así que tampoco es casual que sea precisamente él quien haya colaborado con estas deserciones.
Pues ya están en Miami los bailarines, ya va pasando la ola de fama que tiene todo recién llegado. La realidad les dará las lecciones más duras. Si no, pregúntenle cómo han sido sus vidas a verdaderas estrellas que han tomado ese camino décadas atrás, como Rosario Suárez, La Charín, sin poder hacer carrera como artista ni en Estados Unidos, ni siquiera en Miami; y pregúntenle también al que un día fue el gran Jorge Esquivel, del cual hoy ni siquiera sé dónde está. (Tomado de La Tarde se Mueve)
La cuenta del autor en Twitter: @edmundogarcia65
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