A medida que el gobierno de EE.UU. busca construir su caso con tal de culpar a los rebeldes del este de Ucrania y Rusia por el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, la evidencia parece estar trenzada para adaptarse a la conclusión preconcebida, incluída una explicación curiosa de por qué los soldados sospechosos de disparar el misil fatídico pudieron haber estado usando uniformes del ejército ucraniano.
El martes, a los periodistas tradicionales, incluyendo los corresponsales de Los Angeles Times y The Washington Post, se les dio una conferencia acerca de la información de inteligencia de EE.UU. que supuestamente señala con el dedo acusador a los rebeldes y Rusia. Si bien gran parte de este caso circunstancial se derivó de publicaciones sobre "redes sociales", las sesiones informativas también abordaron la cuestión fundamental de quién disparó el misil antiaéreo Buk que se cree derribó el avión causando la muerte de las 298 personas a bordo.
Después de derribo del jueves pasado, me dijeron que los analistas de inteligencia de Estados Unidos estaban examinando las imágenes de satélite que mostraba la batería de misiles sospechosa operada por militares que vestían lo que parecían uniformes del ejército ucraniano, pero mi fuente dijo que los analistas aún estaban luchando con el hecho de que, básicamente, las imágenes habían destruido el caso del gobierno de Washington de culpar a los rebeldes.
En un artículo sobre la reunión informativa del martes, el diario Los Angeles Times llegaba a la misma conclusión de esta manera: "Las agencias de inteligencia de Estados Unidos han sido hasta ahora incapaces de determinar la nacionalidad o la identidad de la tripulación que lanzó el misil. Funcionarios estadounidenses dijeron que era posible que el SA-11 [misil antiaéreo] fuera lanzado por un desertor de las fuerzas armadas de Ucrania que fue entrenado para usar sistemas de misiles similares".
Esa declaración sobre un posible "desertor" está enfilada a respaldar la explicación de por qué algunos analistas creyeron ver soldados con uniformes del ejército ucraniano en la batería de misiles al este de Ucrania. Pero hay otra explicación obvia que la comunidad de inteligencia de EE.UU. no parece dispuesta a aceptar: que el misil pudo haber sido lanzado por alguien que trabaja para el ejército ucraniano.
James Clapper, director Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos. |
El diario Los Angeles Times también informó: "Las autoridades estadounidenses no han revelado evidencia que pruebe de manera fehaciente que el ejército de Rusia jugó un papel directo en el derribo del avión o en el entrenamiento de los separatistas de utilizar el sistema de misiles SA-11. Sin embargo, dijeron el martes que el ejército ruso ha estado entrenando separatistas ucranianos para operar baterías antiaéreas en una base en el suroeste de Rusia".
A pesar de que el último cargo también ha carecido de pruebas verificables —y podría referirse a la formación con armas antiaéreas menos poderosas como los llamados misiles portátiles— la pregunta clave es si el gobierno ruso entrenó a los rebeldes en el manejo de un sistema antiaéreo sofisticado, como el SA-11, y luego fue lo suficientemente imprudente como para suministrar una o más de esas baterías de misiles a los rebeldes, a sabiendas de que estos cohetes podrían alcanzar cotas por encima de los 30.000 pies, altura a las que viajan las aerolíneas de pasajeros.
El gobierno ruso ha negado haber hecho algo tan peligroso e irresponsable, casi una locura. Y los rebeldes del este de Ucrania también dijeron desde un principio que no poseían una batería de este tipo de misiles. Pero la pregunta que hay que responder es: ¿Los rusos y los rebeldes mintiendo?
Para ello se requiere una investigación seria e imparcial, pero lo que el gobierno de Obama y la mayoría de los principales medios noticiosos de EE.UU. han hecho hasta ahora es un ejemplo más de "guerra de información", el montaje de un caso para hacer quedar mal al adversario —a pesar de la evidencia real— y entonces marginar cualquier indicio opuesto a la conclusión deseada.
Ese era exactamente el "pensamiento de grupo" que llevó a los Estados Unidos a la desastrosa invasión de Irak, y parece que fueron pocos los que aprendieron la amarga lección. (Versión del original en inglés aparecido en el blog del autor)
(*) Periodista estadounidense conocido por su trabajo en Associated Press y Newsweek. Escribió reportajes sobre el escándalo Irán-contras y sobre los vínculos entre las bandas nicaragüenses que, apoyadas por EEUU y el narcotráfico en este último país, intentaron derrocar la Revolución Sandinista.
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