Messi-Higuaín, Di María y Agüero, una cuarteta que cualquier selección envidiaría. Si funcionan hoy, Alemania la tendrá cuesta arriba. |
Llegó la hora cero. El reloj suena para Lionel Messi. Argentina toda, en piña, se encomendará en unas horas a su genio para conquistar por tercera vez el trono del fútbol Mundial. Alemania: el obstóculo final.
Todos para Messi y Messi para todos, es la consigna de la escuadra Celeste y Blanca, que llega a este partido con la inspiración al máximo, sin permitir goles en los últimos tres partidos, factor ilustrativo de solidez defensiva.
"Jugaremos el partido más importante de nuestras vidas con esta camiseta. Mis sueños y mis ilusiones se están viendo cumplidos gracias al trabajo y el sacrificio de todo un plantel que lo ha dado todo desde el primer día y que ha creído que se podía", expresó Messi.
El cuatro veces ganador del trofeo Balón de Oro está obligado a reclamar el protagonismo en el duelo, aunque seguramente tendrá atención especial por parte de los defensores germanos, como antes hicieron los de Bosnia, Irán, Suiza, Bélgica y Holanda.
La mejor noticia para Argentina es la meteórica recuperación de Ángel Di María, un hombre de gran proyección ofensiva, el cómplice ideal de Messi en cuestiones de profundización y ataque.
Si "el Fideo" Di María sale en condiciones óptimas,integraría el once de partida contra la Mannschaft, que entonces debería preocuparse por otro efectivo argentino y, por consiguiente, la marcación a Messi sería menos intensa.
Todas las casas de apuestas dan de favorita a la selección de Alemania, en gran medida por la estruendosa goleada 7-1 que le endosó a Brasil en semifinales, mientras Argentina vencía en penales a Holanda, tras empatar sin goles en el tiempo reglamentario y las dos prórrogas.
Hay que hacer un gran partido, tener una gran concentración y no arriesgar balones donde no se debe. Alemania siempre fue poderosísima. Tiene un sistema muy bien trabajado y elaborado. Hay que hacer el partido perfecto para ganar, recalcó el técnico argentino Alejandro Sabella.
La gran virtud de este equipo albiceleste es la unidad, la cual propicia solidaridad en las marcaciones y cohesión en las coberturas de los espacios; todos, incluido Messi, defienden, y luego esperan para contragolpear con Gonzalo Higuaín en punta.
Messi está a las puertas del paraíso, una victoria argentina lo ubicaría ipso facto entre los mejores jugadores de la historia del fútbol y le reportaría muchos votos en la carrera por su quinto Balón de Oro.
La historia, sin embargo, ofrece un panorama complejo para los suramericanos, quienes solo derrotaron en una ocasión de seis posibles a los alemanes en copas mundiales (el saldo: un triunfo, un empate y cuatro reveses).
Ahora bien, esa única victoria aconteció en la gran final de Móxico-1986, cuando, de la mano de Diego Armando Maradona, Argentina superó 3-2 al cuadro teutón y se agenció su segundo título del orbe.
Después de esa fecha, la Mannschaft se desquitó 1-0 en la final de Italia-1990 y posteriormente venció dos veces más a los argentinos, siempre en cuartos de final, específicamente en Alemania-2006 y Suráfrica-2010.
El escenario del duelo de hoy es el mejor posible del planeta, el estadio Maracaná de Río de Janeiro, el templo sagrado del fútbol brasileño, un recinto repleto de mística e historia, con capacidad para más de 74 mil espectadores.
Una victoria argentina en el corazón de Brasil haría explotar de éxtasis a la de por sí bulliciosa hinchada albiceleste y, sin duda, equipararía deportivamente a Messi con Maradona, aunque el Pibe de Oro jamás perderá las preferencias de sus compatriotas.
(*) Enviado especial de la agencia Prensa Latina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario