Al frente, Carlos Curbelo. En segundo plano, los hermanos Mario y Lincoln Diaz-Balart. |
La película está a punto de estrenarse. Se llama ‘Regreso al pasado’ y su protagonista es Carlos Curbelo, el joven congresista republicano recién electo en la Florida. Aunque no la hemos visto todavía, me atrevo a afirmar que no va a ser nada divertida.
La misma comienza donde termina ‘Flor de un día’, otra película todavía en cartelera en la que el actor principal es Joe García, el congresista demócrata a quien Curbelo derrotó el 4 de noviembre tras solamente dos años en la Cámara de Representantes.
Por un momento García pareció encarnar una visión cubanoamericana algo más realista de las relaciones con Cuba, pero únicamente por un momento.
Resultó ser un actor de medio pelo a quien el público –lo digo con tristeza– no tuvo reparos en abandonar en favor de alguien con la misma mentalidad anquilosada a la que nos tienen acostumbrados los políticos cubanoamericanos. No cabe duda, la nueva película es un regreso al pasado.
Eso fue lo que me vino a la mente el domingo al ver en Univisión una entrevista del periodista Jorge Ramos con Curbelo, la más reciente adición a la fauna de políticos cubanoamericanos del Partido Republicano.
En ella Curbelo, demasiado tieso para sus 34 años, expuso sus puntos de vista sobre la inmigración y las relaciones con Cuba, temas de importancia vital para esos a quienes debe representar en Washington.
“En EEUU hay una constitución que dice muy claro que es al Congreso a quien le corresponde legislar”, dijo el flamante legislador refiriéndose a la posibilidad de que el presidente Obama actúe por su cuenta sobre inmigración antes de fin de año. Y añadió que solo esperaba que el presidente no violara la autoridad del Congreso, porque, según él, hay disposición de parte de los republicanos para avanzar con la reforma migratoria.
Aunque sin voluntad para jugar al duro, Ramos, entre sorprendido y escéptico, le preguntó con mucha suavidad, como para no arrugarle el traje o la expresión al almidonado Curbelo, si “de verdad” él creía que una reforma migratoria podía ser aprobada en los próximos dos años.
“Como usted sabe fue John Bohener quien la bloqueó en la Cámara, y él es republicano”, le dijo Ramos.
“Tengo fe en que vamos a pasar la reforma migratoria en estos dos años,” contestó Curbelo con toda seriedad. “El Partido Republicano entiende su importancia”.
Claro que esto no lo creen ni Ramos, ni la audiencia de Univisión, ni nadie que haya seguido los avatares de la susodicha reforma en la Cámara de Representantes con mayoría republicana. No lo cree ni siquiera Curbelo.
La realidad es que el funcionario recién electo no engaña a nadie. En la entrevista no hizo otra cosa que repetir los argumentos falaces preparados para consumo público por su partido (talking points, en inglés), empeñado en impedir que Obama –si al fin se decide–cumpla con su palabra y, frente a la inacción del Congreso, alivie unilateralmente la situación legal de millones de indocumentados.
Además, haciéndole honor al viejo refrán que dice que “no hay peor cuña que la del mismo palo”, Curbelo dejó en claro en la entrevista que su actitud con Cuba es no solo anacrónica sino despectiva hacia el país donde nacieron sus padres.
“Es un régimen que se opone a los intereses de EEUU cada día”, afirmó con moralizante solemnidad. “Como ciudadanos de este país tenemos que preocuparnos por defender los intereses de EEUU. ¿Cómo vamos a hacer concesiones unilaterales a un régimen que ha hecho tanto daño en América Latina?”.
Joven en años pero matusalénico en pensamiento, cuando se trata del país de sus padres el nuevo congresista es uno más en la vergonzosa fauna de los que abogan porque Washington mantenga su política fracasada de medio siglo, a la vez que afirman querer ayudar al pueblo cubano.
Curbelo conoce a Cuba solo por fotografías y quizás no lo sepa, pero en esa isla que él aspira a seguir maltratando con un bloqueo despiadado y todo tipo de planes subversivos, su actitud se llama hipocresía.
Sí, la película está a punto de estrenarse. Su nombre es ‘Regreso al pasado’ y la actuación de Curbelo no engaña a nadie. Por eso me atrevo a afirmar sin temor a equivocarme que no va a ser nada divertida. (Tomado de Progreso Semanal)
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