¿Ha superado China a Estados Unidos como nuevo “número uno” del mundo?
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía del gigante asiático adelantó este año por primera vez a la de la potencia norteamericana en términos reales de poder adquisitivo; es decir, si comparamos lo que un chino o un estadounidense tiene que gastar para tomarse por ejemplo un café. Y eso, independientemente de la inflación o el tipo de cambio.
Sin embargo, contabilizando todo en dólares, Estados Unidos supera a China en un 70 por ciento, aunque ambas potencias siguen siendo las dos mayores economías del planeta. Y tomando como referencia la renta per cápita, el rendimiento económico de Estados Unidos es, con sus 53.001 dólares, cuatro veces superior.
Estos datos llevan a muchos expertos -sobre todo en Estados Unidos- a considerar las conclusiones del FMI como “no demasiado importantes”, mientras que muchos chinos celebran no sin cierto orgullo haber adelantado a la superpotencia norteamericana al menos en ese punto.
Lo cierto es que China crece; y pese a la débil coyuntura, con un 7 por ciento, mientras que en Estados Unidos sólo se espera un 2 por ciento.
Por eso es que, según los cálculos del FMI basados en el poder adquisitivo, China tiene ahora una cuota del 16,5 por ciento de la economía mundial, frente al 16,3 por ciento de Estados Unidos.
Y es que el gigante asiático es actualmente más importante que nunca para la economía global, que aún no se ha recuperado por completo de la crisis financiera.
Los tiempos en los que las tasas de crecimiento tenían dos dígitos quedaron atrás, y ahora el jefe de Estado chino, Xi Jingping, habla de “nueva normalidad”.
Este año la economía crecerá en un 7,3 o un 7,4 por ciento, unas cifras tan bajas como no se veían desde los años 90 y que se sitúan por debajo del objetivo marcado para 2014 de “en torno a un 7,5 por ciento”.
Para 2015, este objetivo podría reducirse hasta el 7 por ciento.
Además, a comienzos de diciembre, durante la conferencia anual de economía, se expusieron los planes para el año nuevo: la “prudente” política monetaria deberá “concentrarse más en encontrar un equilibrio adecuado entre ajustes y relajación”, mientas que la política presupuestaria ha de ser “proactiva” para impulsar la transformación de la economía.
Según los expertos, estos objetivos se traducirán en una relajación de la política monetaria, con un presupuesto ligeramente expansivo y un elevado déficit. Se endurecerá la lucha contra burbujas como la del sector inmobiliario y se seguirá persiguiendo a la banca en la sombra (institutos financieros que funcionan como bancos, pero no están sometidos a los mismos controles).
Las reformas podrían llegar en todo caso para el sector financiero, pero no se esperan en el sector público.
No obstante, serán necesarias fusiones en la industria ferroviaria y aérea para aumentar la eficiencia de las empresas públicas, confirmó en Pekín una fuente china cercana a estos planes.
“Empresas extranjeras como Siemens o Airbus no tienen ni idea de lo que les ocurrirá aquí”, añade. China quiere pasar de ser la “fábrica del mundo” a convertirse en inversor y operador en otros mercados extranjeros. (Resumen de agencias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario