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jueves, 14 de mayo de 2015

Marco Rubio amenaza con reimponer sanciones a Cuba si le eligen presidente (+ Vídeo)


Con amplio rechazo en buena parte de la comunidad isleña radicada en los Estados Unidos, y al peor estilo de guapo de barrio, el senador republicano de origen cubano y candidato a la Casa Blanca en 2016, Marco Rubio, afirmó que en caso de ser electo devolverá el estado de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos al punto en que se hallaban antes del 17 de diciembre de 2014.
Según el representante por Florida, será política de borrón y cuenta nueva, vuelta atrás y a empezar de cero, según su sueño, propuesta que los cubanos del otro lado del estrecho califican como su pesadilla.

Pero primero lo primero. A Rubio se le olvida que antes deberá ganarse el derecho a ser presidenciable. Y con estas bombitas arrastra-pies que anda soltando le auguramos una bien corta carrera hacia la Casa Blanca, como aquel corredor de largo aliento que planifica mal su competencia y explota a mitad de trayecto.
Sí, porque al absurdo ya enunciado Rubio suma otros de tanto o mayor calibre que aquel, tal cual anunciar un sustancial aumento del gasto militar de Estados Unidos para recuperar su poderío e influencia en el mundo, medida que suena a gloria en los oídos de los gerifaltes del Complejo Militar Industrial, pero a disparate a los del electorado, entre quienes votan, sabedores que tales dineros significan apretarse el cinturón porque salen de recortes a los programas sociales.
En declaraciones más que todo rimbombantes, durante una presentación en el Consejo de Relaciones Exteriores -una organización no partidista con sede en Nueva York- Rubio criticó con dureza la política exterior de Barack Obama.
"Desde el final de la guerra fría las amenazas que enfrenta Estados Unidos han cambiado pero la necesidad de un Estados Unidos fuerte no", dijo el senador floridano.
"La política exterior es política interior. Tristemente creo que el presidente Obama no está de acuerdo con esta simple verdad", señaló el representante de padres cubanos, acusando al actual mandatario de haber hecho abandonar a Estados Unidos su papel de superpotencia con sus recortes al presupuesto militar del país.
Obama pensó que Estados Unidos "era demasiado duro con sus adversarios y estaba demasiado comprometido en demasiados lugares", sostuvo Rubio, criticando la limitada presencia en Irak, la reacción ante la decisión de Rusia de anexionar Crimea, las negociaciones con Irán por su programa nuclear y el acercamiento con Cuba, entre otras cuestiones.
En el caso particular del proceso de normalización de los lazos diplomáticos rotos hace medio siglo con La Habana, Rubio sostuvo que en caso de llegar a la Casa Blanca reimpondrá sanciones, endurecerá el bloqueo y devolverá a Cuba al listado de países que patrocinan el terrorismo, insistiendo en que el gobierno de la Isla es una "dictadura anti estadounidense".
Marco Rubio, de 43 años, atacó con dureza también a la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, calificándola de "líder del pasado", cuya actuación al frente de la diplomacia del país durante cuatro años en el primer mandato de Obama fue "inefectiva en el mejor de los casos y peligrosa en el peor".

Proteger la economía global

Según Rubio, la necesidad de un Estados Unidos más poderoso en lo militar está vinculada con la "protección de la economía global".
Sin embargo, evitó hablar de su país como el "policía" del mundo.
"En este siglo los negocios deben tener la libertad de operar alrededor del mundo con confianza", aseguró el aspirante republicano, señalando que el sector militar debe ser una "prioridad" estadounidense incluso en tiempos de "paz y estabilidad".
"El mundo es más seguro cuando Estados Unidos es más fuerte", agregó Rubio, que pasó al frente en la carrera de los aspirantes republicanos a las presidenciales estadounidenses de 2016 con 15% de apoyo entre los votantes de las primarias, según un sondeo publicado a fines de abril (recuerden el simil del maratonista y la carrera mal planificada).
Estados Unidos sigue siendo el país que más gasta en sus fuerzas armadas, aunque el presupuesto de ese sector en 2014 se contrajo 6,5%, a 610.000 millones de dólares, según un informe publicado en abril pasado por el Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz de Estocolmo (Sipri).
No obstante, el gasto supera en 45% al de antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El Comité Nacional Demócrata (DNC) respondió al discurso de Rubio afirmando que es una "doctrina" que combina el pensamiento de los "neoconservadores" con "la guerra fría".
"Ok. Aquí está la supuesta 'nueva' política exterior de Rubio. Tropas a Oriente Medio de manera permanente. Una política con Cuba que está pegada a la Guerra Fría. Falta de voluntad para iniciar discusiones para la solución de los dos Estados (Israel y Palestina). Mantener Guantánamo abierto. Ningún plan para Irán", escribió en un comunicado el director de comunicaciones del DNC, Mo Elleithee.
En un artículo reciente, la periodista  Katrina vanden Heuvel, directora y editora de la revista estadounidense The Nation y columnista en The Washington Post, publicaba en este influyente diario las siguientes acotaciones: "El terreno político ha cambiado radicalmente durante la pasada década, algo de lo que ni (Jeb) Bush ni Rubio parecen haberse dado cuenta.
"Como reportó recientemente The Post, 'Hace veinte años, 70 por ciento de los cubanoamericanos se autodescribían como republicanos. En la última Encuesta de Cuba de la Universidad Internacional de la Florida, esa cifra había descendido a 53 por ciento'. Es más, las encuestas a boca de urna en la Florida en 2012 mostraron que Obama ganó el voto cubanoamericano, gracias en gran medida a la avalancha de 26 puntos entre los electores menores de 45 años –una hazaña increíble, teniendo en cuenta que casi 80 por ciento de los cubanoamericanos en la Florida votaron por George W. Bush ocho años antes.
(...)
"En junio pasado, meses después de que Obama anunciara sus planes, la encuesta de la FIU mostró que 52 por ciento de los cubanoamericanos que viven en el condado de Miami-Dade se oponen al embargo, incluyendo 62 por ciento de los que tienen entre 18 y 29 años. Adicionalmente, 68 por ciento de los encuestados el año pasado favorecieron la restauración de las relaciones diplomáticas con Cuba, cifra robustecida por un sorprendente 90 por ciento de jóvenes. Más recientemente, una encuesta nacional por parte de Bendixen & Amandi International arrojó que una mayoría de cubanoamericanos apoyan el plan de Obama de normalizar las relaciones con Cuba, incluyendo 69 por ciento de jóvenes entre 18 y 29 años, 60 por ciento de las personas entre 30 y 49 años, y hasta una pluralidad de 47 por ciento entre los de 50 y más años.
(...)
"Este es el poder de la política exterior del milenio. Para 2016, los del milenio serán más de un tercio del electorado. Y aunque Rubio pudiera querer creerse que él es una 'decisión generacional', esta nueva generación ya ha decidido. Quiere un compromiso diplomático. Quiere cautela en vez de intervención...".

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