Edmundo García
Todo el mundo sabe que La tarde se mueve es un programa que confronta a los medios y la prensa de Miami; un espacio que no comparte la falta de rigor del periodismo miamense, al servicio de la derecha cubanoamericana. Porque no es solo que ellos defiendan lo más extremista y obsoleto, o que se dediquen a atacar a la Revolución Cubana, es que lo hacen con mentiras, o con medias verdades que terminan siendo tan nefastas como la propia falsedad.
Dicho esto, reconozco que también me puedo percatar cuando esos medios, muy ocasionalmente, se anotan algún trabajo que merece consideración. Por pudor, por llegar un momento en que ni ellos mismos pueden con tanta hipocresía, sale relucir un indiscutible talento formado en las escuelas de arte de Cuba.
Un ejemplo de lo anterior es un sketch que el elenco de actores (nada que ver con el presentador) del programa TN3 del canal 41 de Miami presentó el jueves 28 de enero. La televisión de Miami logró ese día un humor crítico, situado de frente a la realidad de lo que piensa la mayoría de los cubanos del sur de la Florida de esos legisladores federales que ni siquiera se toman el tiempo para considerar el cambio demográfico y político que se ha operado en la ciudad.
Las escenas que les voy a describir a continuación no deben verse como una defensa de la Ley de Ajuste Cubano en sí misma, que tantas muertes ha traído a las familias cubanas; sino como una crítica a la intromisión arbitraria de los legisladores cubanoamericanos en las relaciones que naturalmente se han ido creando en la comunidad cubana. Porque su pretensión de eliminar la llamada Ley de Ajuste Cubano, que es lo que desean realmente, tratará en un primer momento de exigir a los cubanos que lleguen a Estados Unidos que se declaren perseguidos políticos; para luego impedirles que viajen a la isla en al menos 5 años, en que se hagan ciudadanos los que puedan, al precio de quitarles los documentos y esa ayuda material que reciben durante unos meses después de su llegada si vuelven a la isla.
Todo un abuso, que es contra lo que reacciona el sketch de TN3 del que quería hablarles, y del que mucha gente se pregunta en Miami cómo es que un canal tan anticubano como el 41 lo dejó pasar.
Los protagonistas principales son los actores Albertico Pujol y Orlando Casín, que hace de manager de un restaurante miamense llamado “Delicias de Cuba”, del que Albertico es el camarero o mesero principal.
A “Delicias de Cuba” llega un pintoresco personaje que se identifica como el Congresista Carlos Curbelo. Este, que se cree famoso, le pregunta al gerente (Casín) si le reconoce, y le responde que “no, no tengo el gusto”. Después que Curbelo ofrece sus señas el gerente se da cuenta que es el mismo Curbelo que está tratando de hacer rejuegos políticos con la legislación migratoria y las ayudas a emigrantes cubanos, y le dice al camarero (Albertico), con un guiño cómplice, que “me atiendes al señor como si fuera lo más importante del mundo”.
Lo primero que hace el camarero es empezar a tirarle agua a Curbelo con una jarra; le cuestiona la cubanía diciéndole que seguramente a él no le gustan los frijoles negros. Curbelo rectifica confirmando que a él sí le gustan los frijoles negros, y Albertico le responde: “A usted lo que no le gustan son los cubanos”.
Mientras Casín se dirige a Curbelo de manera excluyente, en términos de “nosotros los cubanos”, Albertico le sigue derramando agua ahora para aliviar los estragos de una camarera que le ha pasado al legislador una secadora muy caliente. Albertico le recita el menú, en el que se encuentran un plato llamado “Tostones al balsero”, y Curbelo responde que “Tostones al balsero no; no soporto a los balseros”.
Por supuesto que el restaurante “Delicias de Cuba” también tiene su oferta cultural para Curbelo. De eso se encargan los actores Aly Sánchez y Ramoncitín Veloz que, claves y maracas en mano, luego de que Casín les advierte de quien se trata el comensal, casi le rompen los tímpanos.
Aly le pregunta a Curbelo si sabe bailar son y Curbelo le dice que no. Ella le pregunta si no tiene familiares en Cuba que le hayan enseñado unos tumbaos, y el congresista responde: “Yo no tengo ningún familiar en Cuba”. Que, debe destacarse, es la razón fundamental por la que Curbelo quisiera eliminar los viajes a Cuba; es decir, convertir su frustración personal en ley federal.
Luego de estrujar a Curbelo lo suficiente, de la cocina sale el chef (interpretado por Chanito Isidrón Jr.) quien le persigue con un bullón de sopa caliente. Curbelo cree le quieren quemar y huye desesperadamente. Pasan unos segundos de tranquilidad cuando en la puerta de “Delicias de Cuba” aparece una suerte de mamarracho trajeado que se identifica como Marco Rubio. Las risas estallan entre los tele espectadores porque se repetiría la misma escena.
Esto no se vio en el teatro Karl Marx de La Habana ni en Cubavisión; repito que es un sketch montado por el canal 41 de Miami.
Ojalá que el video de esa trajinada (http://www.americateve.com/videos/humor-tn3-118953) llegue a manos de los equipos del Congresista Carlos Curbelo y del Senador Marco Rubio. Así podrían saber qué piensan realmente de ellos la mayoría de los cubanos de Miami. (Tomado de La Tarde se Mueve)
- La cuenta del autor en Twitter: @edmundogarcia65
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