Patricio Montesinos*
¡Espectacular! Fidel, le escuché como siempre, claro y preciso en sus ideas, y le vi desde la lejanía con su acostumbrado dedo de una de sus manos levantado, una señal de su fortaleza moral, y de que sigue y seguirá siendo eternamente el Comandante en Jefe de todos los cubanos, y de los hombres dignos de este mundo.
En su breve, pero exhaustivo discurso en la clausura del VII Congreso del Partido Comunista de la nación caribeña, Fidel es Fidel, no olvidó a los más desposeídos, a los hermanos latinoamericanos y africanos, a líderes históricos como Vladimir Ilich Lenin, y a la grandiosa Revolución de Octubre.
De la Revolución protagonizada por el valiente pueblo ruso hace 70 años, aseguró con voz firme que significó un enorme paso en la lucha contra el colonialismo, y su “inseparable compañero”, el imperialismo.
El mayor visionario de la centuria pasada y de la actual alertó una vez más acerca de los graves problemas que deberá afrontar el mundo, y del riesgo de desaparecer que corre la especie humana a causa del cambio climático.
Aseguró seguidamente que el peligro mayor que hoy se cierne sobre el planeta tierra es el poder destructivo del armamento moderno, que podría socavar la paz y hacer imposible la vida humana sobre nuestra superficie terrestre.
El expresidente cubano, próximo a celebrar su 90 cumpleaños, brindó una clase magistral de historia, habló del presente, y auguró el futuro para evitar que una eventual tragedia termine definitivamente con la humanidad.
Coherente, como desde su juventud, Fidel fue optimista al señalar que si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que se necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos, apuntó.
El guerrillero de los todos los tiempos expresó que “a nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos trasmitirles que el pueblo cubano vencerá”.
Siempre apostando por al triunfo, expresó que “emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida”, al igual que lo hicieron los héroes libertadores José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, en marcha indetenible, precisó.
Fidel no se despidió cuando dijo que “tal vez sea de las últimas veces que hable en esta sala”, porque en su discurso subrayó también que las ideas de los comunistas cubanos quedarán, y las de él, que nadie tenga dudas, perdurarán y se multiplicarán en millones de personas.
Como me escribió una colega amiga sobre las palabras de Fidel es Fidel ante el VII Congreso de los comunistas cubanos: “El Caguairán llegó con todas sus ramas y flores para empinarse al futuro de victorias”. (Tomado del blog del autor)
(*) Periodista español residente en La Paz, Bolivia. Es corresponsal de Cubadebate.
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