Paradojas

Posición de Matthew a las 11 horas de hoy.

Héctor R. Castillo Toledo

Anoche me fui tarde a la cama con la presunción de un lluvioso domingo de obligado ostracismo en casa. Mientras 'disfrutaba' la primera oferta fílmica del sábado, de mucha balacera, violencia a granel, y en verdad, inesperado final, veía a ratos, por la persiana, las fulguraciones de una tormenta en lontananza. Todo me hacía imaginar un amanecer 'pasado por agua'.
El intermedio entre películas, el que habitualmente empleamos para ir al baño, ingerir un bocadillo y refrescar, lo aproveché esta vez para poner en las redes el último parte del Instituto de Meteorología. Desde su encabezado la nota era clara y precisa: ...Matthew ha iniciado un movimiento hacia el norte noroeste...

-Bueno, a esperar, me dije. Al norte de Cienfuegos los relámpagos eran presagio de los que imaginaba indicios del deterioro del clima para esta parte de Cuba.
Sobre la primera hora y media del domingo ya no pude más. El sueño venció mis intentos de seguir cada detalle del relato fílmico en torno al cineasta encaprichado en llevar al celuloide hechos reales en torno a un asesinato en Siena. Me rendí.
Y así, mientras buena parte de Cuba descansaba --digo parte porque en el Oriente del país miles de personas se las pasaban en vela haciendo o chequeando que se cumplieran hasta en sus mínimos detalles los preparativos por la cercanía del poderoso huracán Matthew--, a varios centenares de kiómetros al sur de la Isla, en medio del Caribe Central, el más potente de los organismos tropicales desde 2007 a la fecha cumplía a pie juntillas lo que los especialistas de aquí y 'de allá' habían pronosticado.
A las seis y tanto de la mañana se emitió el Aviso de Ciclón Tropical No. 17 sobre el huracán Matthew. Sucintamente lo reseño: poco cambio en intensidad; se mantiene como un intenso huracán categoría cuatro; vientos máximos sostenidos de 240 km/h con rachas superiores; presión mínima central de 940 hectoPascal; movimiento al noroeste a unos 7 km/h; centro estimado en los 13.9 grados de latitud norte y los 74.1 grados de longitud oeste; ubicación a unos 530 kilómetros al sudeste de Kingston, Jamaica; en relación con Cuba, unos 675 kilómetros al sur de Guantánamo, 700 kilómetros al sur sudeste de Santiago de Cuba; en las próximas 12 a 24 horas continuará moviéndose hacia el noroeste hasta comenzar a girar posteriormente al norte, con similar velocidad de traslación (7 km/h), con algunas fluctuaciones en su intensidad, aunque se mantendrá como un intenso huracán.
Eso lo leo a media mañana, pues comoquiera que es domingo uno aprovecha el 'descanso' de rigor. Abro las persianas y no doy crédito a lo que ven mis ojos: afuera hay sol y un cielo azulísimo salpicado de algunas nubes. Una ligera brisa apenas mueve las hojas del mangal que hace de verde cortina floral en el cuadro de mi horizonte ventanero. Con este domingo soleado es casi certeza la próxima aparición en casa del príncipe enano de nuestros desvelos pidiendo que lo lleve al Parque de Diversiones.
Paradojas cará, digo para mis adentros, pues la sorpresa es mayúscula cuando leo en los muros de Facebook de amigos en provincias que ahora mismo cumplen las medidas de fase de Alerta Ciclónica que por allá también hay buen tiempo.
En esa porción extremeña del Oriente de la Isla, no obstante, hay compatriotas sobre quienes pesa todo el sueño de una noche de ajetreos. Pecaría de ingenuo quien piense que en realidad a lo interior de cada uno no reina la zozobra por lo que aún está por sobrevenir. Sin embargo, se proporcionan elementos para que exista tranquilidad y sobre todo confianza de que, pase lo que pase, nadie quedará desamparado: así al menos veo yo el hecho de que nuestro General presidente haya dicho que continuará compartiendo su suerte con la de la gente en la zona más vulnerable, o que el más importante de los canales de TV en Cuba transmita, a contrapelo de lo que habitualmente haría un domingo, una revista especial para dar seguimiento minuto a minuto al modo en que se comporta Matthew en su avance hacia la Mayor de las Antillas y lo que hace la gente para estar preparada. Las imágenes confirman que al menos esta vez no se cumplirá la profecía del viejo refrán: la calma no precede a temporal.