Iroel Sánchez
Como quien intenta un conjuro en vísperas de una maniobra peligrosa, el ciberextremista anticubano Ernesto Hernández Busto amaneció este 9 de abril quejándose de la ubicuidad del Comandante Che Guevara. El mismo personaje que asistiera, de la mano de George W. Bush, al lanzamiento de la estrategia subversiva de EE.UU. contra Cuba a través de Internet, y estará del 11 al 15 de abril en Panamá en un evento cuyo objetivo es concertar una “Fuerza de Tarea élite internacional” para la ciberguerra contra la Isla, tiene sus razones para la prevención.
Y es que, durante su participación el pasado noviembre en un evento organizado por la Hillary Clinton Civil Society Iniciative y el Personal Democracy Forum en Santiago de Chile, Hernández Busto fue abucheado mientras intentaba ofender al revolucionario asesinado por la CIA en Bolivia. Lo de Chile era demasiado amplio para su gusto, pues como parte de la estrategia de seducción del State Department, había en la sala personas, que a diferencia del animador del blog Penúltimos Días, criticaron a EE.UU. por su persecución de Wikileaks o su política hacia América Latina.
Sin embargo, en la reunión de Panamá no habrá espacio para las críticas. Sus patrocinadores, bajo el intelectualizado nombre de Pensar Cuba, hablan en términos militares como “Fuerza de Tarea”, y varias de sus alianzas están demasiado cerca del extremismo y las instituciones militares norteamericanas, incluyendo su cuerpo de marines, según proclama en su curriculum Janessa Goldbeck, una de las organizadoras. El primero de los “Sitios destacados” por Pensar Cuba en su web es Babalú blog, un espacio vinculado a la bloguera Yoani Sánchez que precisamente destaca por promover las acciones violentas contra la Isla, y el apoyo al terrorista Luis Posada Carriles. Como si hiciera falta enseñar más la oreja peluda de la ciberguerra, Pensar Cuba es patrocinado por The Albert Einstein Institution, la misma entidad que estuvo detrás de las llamadas “revoluciones de colores” en Europa del Este y que apadrinara el entrenamiento de jóvenes yugoslavos de la organización Otpor por un Coronel norteamericano, en vísperas de la agresión de la OTAN a Yugoslavia.
En las últimas semanas, numerosos materiales han probado la estrategia de Estados Unidos para, mientras impide acceder a la mayoría de los cubanos a las nuevas tecnologías de la informática y las telecomunicaciones, dotar a sus agentes en la Isla de los medios más avanzados en este campo y comunicarse con ellos de manera encubierta, violando las propias regulaciones del bloqueo. El 7 de abril de 2010, Stephanie Rudat, la principal organizadora del evento de Panamá, escribía en su blog sobre el uso de estas tecnologías para promover el “cambio” en Cuba y citaba su uso en países como Irán, algo que la propia Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha reconocido como una labor del State Department. La señora Rudat en su texto de abril de 2007 describe el papel en esta estrategia de organizaciones como Raíces de Esperanza, en sus vínculos en la mayor de las Antillas con las llamadas “Damas de Blanco”.
Stephanie Rudat se describe como socia de Absot Marketing, una empresa que “genera instrumentos estratégicos y mantiene la presencia digital de las empresas, las causas y los individuos en relación con los esfuerzos de marketing tradicional para alcanzar los objetivos de sus clientes”. Aunque es algo demasiado parecido a los objetivos de la firma propiedad del “contratista” Alan Gross, condenado a quince años de privación de libertad en Cuba por introducir las tecnologías que Estados Unidos pretende suministrar a sus servidores en la Isla, la actividad y el poder de convocatoria de Rudat parecen estar en otra escala.
Uno de los propósitos del evento en Panamá puede ser readecuar la estrategia luego de las sucesivas derrotas sufridas por Estados Unidos al tratar de impulsar el uso interesado de esas tecnologías en Cuba, buscando con gran apoyo mediático y empresarial, inexistentes similitudes con los procesos en curso en el Medio Oriente. En el sitio CubaMoneyProject se relacionan importantes antecedentes, relaciones y fuentes financiamiento alrededor de Rudat que conducen a suponer que el evento de Panamá cuenta con el más alto respaldo del gobierno norteamericano, incluyendo a la CIA y el Departamento de Estado. Todo ello ha llevado al periodista Tracey Eaton a decir: “veremos si Rudat que ha dicho que la tecnología es sinónimo de la transparencia, revela voluntariamente la fuente del dinero”.
Dinero de los contribuyentes norteamericanos ha llovido con estos fines en los últimos años. El sitio CubaMoneyProject publicó recientemente una relación de destinatarios de estos fondos, luego de aclarar que “no es una imagen completa del Programa Cuba, financiado por Estados Unidos”. De allí, hemos seleccionado sólo los que están directamente relacionados con proveer soporte tecnológico a la contrarrevolución en la Isla:
2007
Plantados hasta la Libertad y la Democracia en Cuba (Formada por individuos con pasado terrorista)
13 de septiembre – El contrato firmado por $ 200,000. Descripción: soporte técnico para obtener una transición pacífica hacia la Democracia de Programa Cuba.
2008
Creative Associates Internacional
29 de septiembre – Firmado contrato de 6,5 millones dólares con la Oficina de Iniciativas para la Transición de la USAID (OTI).
2009
DAI / Nathan Group (Es la empresa que envió a Cuba a Alan Gross)
29 de septiembre – El contrato firmado por $ 853.976. Descripción del contrato: “Proveer fondos adicionales por un monto de 853.976 dólares”.
2010
Creative Associates Internacional
03 de septiembre – El contrato firmado por $ 2 millones. La fecha de extinción del contrato es el 30 de septiembre 2011.
Freedom House
28 de septiembre – El contrato firmado por $ 1 millón. Descripción: Este acuerdo de cooperación apoya el proyecto Freedom House’s New Media Initiatives for Cuba (“NewMIC”)
A estos financiamientos, se suman los proyectos de entidades cono el Instituto Nacional Demócrata (NDI), el Instituto Internacional Republicano (IRI) y el trabajo directo de la CIA, que también suministran tecnología para la subversión, como se ha evidenciado en la serie Razones de Cuba.
Durante más de medio siglo no ha habido financiamiento ni tecnología que Estados Unidos haya escatimado en su afán por destruir la Revolución Cubana. Una “cumbre para pensar a Cuba” tendría mejor fruto si se dedicara a evaluar los sucesivos fracasos norteamericanos en ese empeño. Además de expertos en Internet, los reunidos en Panamá deberían invitar a algún historiador de la CIA para que -ante la sonrisa irónica que el ubicuo fantasma del Ché les debe estar dedicando- les cuente por qué, a cincuenta años de Playa Girón, siguen encajando derrotas.
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