En EEUU, Obama prometió mucho para alcanzar la presidencia pero realizó muy poco. En el tema Cuba, el mandatario se pliega a las presiones del lobby aliado cubanoamericano. |
“Para que tengamos el tipo de relaciones normales que tenemos con otros países debemos ver cambios significativos de parte del gobierno cubano y no hemos visto eso hasta ahora”, dijo Obama en la entrevista difundida por el Canal 23 de la cadena hispana, con sede en Miami.
Haciendose él que ignora el profundo proceso de actualización del socialismo que tiene lugar en la Isla, el presidente norteamericano reclama los cambios que sí le interesan a su gobierno: los que llevarían a la anexión de Cuba, el verdadero proposito de la política exterior de EEUU hacia Cuba, un objetivo tan viejo que data desde antes del derrumbe de la colonia española.
Sin referencia al feroz bloqueo que su gobierno mantiene y que esta impuesto desde casi cinco décadas a Cuba para obligar al pueblo cubano a arrodillarse ante esta nación, Obama dijo que su gobierno apoya todas las acciones tendientes “a dar mayor libertad y desarrollo económico”.
Retomando el tema de la muerte de un supuesto activista quien, según asalariados de la oposición que finacia, fue muerto “tras una golpiza policial” -aunque el gobierno de Cuba demostró que esa no fuera la causa-, y pese al rechazo manifestado por la propia familia del ciudadano Wilfredo Soto García sobre el alboroto de la ciberdisidencia, Obama dijo con cinismo que, “En primer lugar, no debió haber sido arrestado”.
Al menos en tres oportunidades desde que asumiera la presidencia del país por mandato expreso del compañero Fidel en su Proclama al pueblo de Cuba, el 31 de julio de 2006, Raúl ha expresado la disposición de Cuba a dialogar con el Gobierno norteamericano sobre cualquier tema, pero en términos de igualdad, sin condicionamientos y con absoluto respeto a nuestra independencia y soberanía.
La más reciente alusión en ese sentido tuvo lugar en el mes de marzo, durante una visita a la Isla del ex presidente estadounidense James Carter. Unos días más tarde, al pronunciar las palabras de clausura del 6to Congreso del Partido, el primer secretario del Comité Central insistió: "No renunciaremos a hacer los cambios que hagan falta, como nos indicó Fidel en su reflexión de ayer (18/4/2011 N del E), los que efectuaremos al ritmo que demanden las circunstancias objetivas y siempre con el apoyo y comprensión de la ciudadanía, sin poner nunca en riesgo nuestra arma más poderosa, la unidad de la nación en torno a la Revolución y sus programas".
Cuba ha empeñado la palabra y va cumpliendo su parte, sin prisa pero sin pausa. La mayoría de las promesas del señor Obama, en cambio, son pospuestas una y otra vez. De modo que parodiando la célebre sentencia, con nosotros tampoco vale aquello de "haz lo que yo digo y no lo que yo no hago".
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