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martes, 7 de junio de 2011

ALBA, adelante contra viento y marea

Hedelberto López Blanch

La Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) en solo seis años de fundada se ha convertido en el segundo bloque de importancia económica y social en América Latina, tras separarse Venezuela, el pasado 22 de abril, de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), esta última integrada además por Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia.
El presidente Hugo Chávez habia anunciado la decisión bolivariana debido a la firma en 2006 del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Estados Unidos con Perú y Colombia, que promueve la privatización para beneficio de las compañías transnacionales en detrimento de las pequeñas y medianas empresas.
El consecuente fortalecimiento económico, político y social del ALBA preocupa a algunos grupos y gobiernos de derecha, encabezados por E.E.U.U., que intentan desestabilizarlo por todos los medios.
Ese es el caso de la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja estadounidense, Ileana Ros-Lehtinen que convocó el pasado 26 de mayo una "cumbre" en Washington para arremeter contra la Alianza y sus principales integrantes, Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador. Sus otros miembros son Dominica, San Vicente y las Granadinas, y Antigua y Barbuda.
El evento, en el que participaron elementos ultraconservadores y que se denominó "¿Legitimidad Perdida? Cómo el Socialismo del Siglo XXI subvierte la democracia en América Latina", llamó a aplicar sanciones de todo tipo contra los integrantes de esa agrupación con el fin de evitar su avance por América Latina, a la cual la nación norteña considera su traspatio.
Precisamente, el ALBA surgió en diciembre de 2004 como una forma de contrarrestar las intenciones de Estados Unidos de crear el Área de Libre de Comercio para la Américas (ALCA) que, de entrar en vigor, hubiera constituido la profundización del neoliberalismo con niveles aún mayores de dependencia y subordinación hacia Washington. Los jefes de Estado latinoamericanos se encargaron de derrotar el ALCA durante la IV Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, Argentina, en 2005.
No obstante, Estados Unidos firmó tratados de Libre Comercio con algunos países de la región, al estilo del rubricado con México en 1994 que mantienen atado de pies y manos al gigante del Norte.
Ricardo Menéndez, ministro del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (MCTI), la salida de Venezuela del CAN, y por ende el fortalecimiento del ALBA es una nueva etapa de la unión de los pueblos.
El ALBA, en sus pocos años de vida, ha demostrado que el libre comercio es incapaz de generar los cambios sociales requeridos, y que con voluntad económica soberana se pueden erradicar los peliagudos problemas que viven millones de seres humanos en América Latina.
Un reciente informe de la Alianza, cuya zona incluye a 74 millones de personas y reservas internacionales que superan los 52 000 millones de dólares, indica que el Producto Interno Bruto (PIB) del grupo se eleva a 465 000 millones de dólares.
Después de su creación en 2004, entre los ocho países miembros se han transado más de 22 000 millones de dólares. Esta agrupación ha trabajado por la integración regional donde la solidaridad y la colaboración impulsan la creación de espacios económicos y productivos de nuevo tipo, que produzcan mayores beneficios a sus pueblos, mediante la utilización racional de los recursos y activos de estos países.
Sus miembros conformaron las llamadas empresas grannacionales en las áreas de educación, salud, energía, minería, comunicación, transporte, vivienda, vialidad, alimentación, y se promueve la ampliación del Tratado de Comercio de los Pueblos con intercambios justos y equilibrados.
Se han realizado planes para brindar la atención médica y solucionar los problemas de la alimentación de sus habitantes así como eliminar con esfuerzos propios el hambre y la miseria acumulados durante años por el saqueo y la explotación de capitalistas extranjeros y nacionales.
Para que sus pueblos defiendan mejor su soberanía económica y política, se han llevado a cabo profundos programas de alfabetización: Venezuela, Bolivia y Nicaragua han sido declarados por la UNESCO libres de ese flagelo. Además, se impulsan la enseñanza primaria, secundaria y universitaria de sus pueblos.
Resulta incuestionable que si no hubiera sido por la política solidaria de Venezuela no solo con los miembros del ALBA sino también con los cerca de 20 asociados a PETROCARIBE, la situación económica hubiera sido sumamente grave para esas naciones, motivada por el abrupto aumento en los precios de los hidrocarburos.
Con la creación de PETROCARIBE en 2005, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) financia parte de la factura a mediano y largo plazos e incluye la posibilidad de hacer pagos en bienes y servicios.
Con la entrada en vigencia del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), mecanismo facilitador de las transacciones comerciales entre los países del ALBA, se le dio un impulso mayor en las transacciones e intercambios comerciales, a la par que se reduce la dependencia del capital transnacional. Desde 2004 hasta la fecha, entre los ocho países miembros se han transado más de 22 000 millones de dólares.
En su conjunto, se ha ido conformando una arquitectura financiera regional que incluya al Banco del Sur, el Banco del ALBA y sistemas de pago en moneda local, para cimentar una base económica sólida que haga frente a los embates de la crisis global capitalista.
Con estas formas de independencia nacional y solidaridad económica y social promovidas por el ALBA, no podrán nunca estar de acuerdo los que promueven las privatizaciones y el neoliberalismo. De ahí las frustraciones y represalias de los grupos de poder capitalista.

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