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viernes, 29 de julio de 2011

Nacimiento de CELAC fijado para el 9/12; declina la luna de la OEA

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, anunció este jueves, día de su cumpleaños 57, la propuesta del 9 de diciembre para celebrar en Caracas la cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), acontecimiento que en principio estuvo fijado para el 5 de julio -en coincidencia con el bicentenario de la Declaración de la Independencia de la hermana nación-, pero debió ser pospuesto por las intervenciones quirúrgicas a que fue sometido el mandatario unos días antes durante una visita a La Habana.
En un contacto vía telefónica con el programa Toda Venezuela, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV), Chávez explicó que estimó la fecha en función de la evaluación médica y la proyección de recuperación.
“Estimo que a finales de año debo haber pasado por una de las fases más cuidadosas del tratamiento, por lo que le estoy proponiendo a los presidente latinoamericanos y caribeños el 9 de diciembre como la fecha de la cumbre”, indicó.
En opinión de la abogada e investigadora venezolano-estadounidense Eva Golinger la conformación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe representa la verdadera soberanía de los países del hemisferio, pues marca, según sus propias palabras un “comienzo de la finalización de la Organización de Estados Americanos”, organismo que ha mantenido el control sobre la región, pero además manejado por los Estados Unidos.
Las aseveraciones de quienes vislumbran próximo el fin de la OEA se refuerzan con noticias como la divulgada por Emile Schepers, veterano activista por los derechos civiles y de los inmigrantes, quien ha escrito hace apenas dos días que, en otro arranque de locura, de esos que están transformando a la mayoría republicana en la Cámara Baja en una fuente de asombro y temor universal, la Comisión de Relaciones Exteriores votó por 22 a 20, la cancelación del pago de la cuota anual de casi 48,5 millones de dólares que EEUU entrega a la Organización de Estados Americanos.
Según el también activo defensor de la Revolución cubana, "La embestida contra la OEA fue instigada por congresistas de Florida, dirigidos por la congresista Ileana Ros-Lehtinen (Republicana por Florida), presidenta actual de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara". Y acota que el también congresista republicano por el propio estado, David Rivera, hasta caracteriza a la OEA como “enemigo” de Estados Unidos. La caterva de políticos republicanos pintaban a la OEA como una organización bajo el dominio de estados izquierdistas como Cuba y Venezuela, mientras la denunciaban por oponerse al golpe contra el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009.
Por supuesto, tales acusaciones son el fruto de mentes calenturientas. De sobra se sabe que la izquierda latinoamericana reconoce en ese engendro a un servil instrumento del imperialismo.
Si aceptamos como válida la afirmación de que la ONU ha sido un ente inservible para frenar los afanes guerreristas del imperio, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha estado, desde su fundación en 1948, al servicio de los gobiernos de EEUU. Ningún acuerdo ha salido de ese organismo sin haber sido aprobado antes por los respectivas administraciones gringas que vienen desde Truman hasta Obama.
Sin embargo, de un tiempo a la fecha la llegada al poder de gobiernos de izquierda y centroizquierda en muchos países de la región ha significado que EEUU no siempre ha logrado imponer su voluntad. Por ejemplo, el congresista Rivera interpreta como gesto enemigo el que la OEA votara por recortar el apoyo económico a Honduras luego del golpe de Estado encabezado por Roberto Micheletti, cúmbila de la Ros-Lehtinen. Obvia que a pesar de ese mandato el Departamento de Estado norteamericano no cumplió completamente con lo acordado, al tiempo que comenzaba un proceso paralelo, desvinculado de la estructura de la OEA, para “dirimir” la disputa hondureña, usando al entonces presidente de Costa Rica, Oscar Arias, como mediador. Esa maniobra fue vista por muchos en América Latina como un mecanismo para restarle presión al gobierno golpista hondureño y dejarle determinada capacidad de maniobra.
El 22 de julio de 2009, en una reflexión titulada El 30 Aniversario Sandinista y la propuesta de San José, el compañero Fidel Castro alertaba: "Mañana aparecerá la pétrea imagen de Oscar Arias explicando que han elaborado tal y mas cual propuesta de solución para evitar violencia. Pienso que hasta el propio Arias ha caído en la gran trampa montada por el Departamento de Estado".
Por esa razón, entre otras muchas, 39 estados latinoamericanos y caribeños han celebrado reuniones en los últimos tiempos para concertar un nuevo mecanismo cuyo propósito es el de resistir los esfuerzos norteamericanos por controlar la región. Con basamento en las malas memorias y experiencias aportadas por la OEA a lo largo de estos 63 años, se anuncia para el 9 de diciembre el nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), una organización que explícitamente y con toda intención excluye a EEUU y Canadá de su membresía.
Tampoco es de gratis el haber escogido esa fecha, de gran significado para Latinoamérica. Ese día las naciones desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia estarán conmemorando el aniversario 187 de la gran batalla de Ayacucho, el último de los enfrentamientos en la larga campaña por la independencia en hispanoamericana. Será, sin duda alguna, un buen momento para comenzar a andar, como dijo el Héroe Nacional cubano José Martí, "en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes".

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