Mientras las autoridades del CNT no acaban de ponerse de acuerdo sobre qué hacer con el cuerpo de Gadafi, su cadáver sigue expuesto al público en un frigorífico. |
Picados por el morbo y la curiosidad, miles de personas hacen fila para ver el cuerpo inerme de aquel que una vez rigió los destinos de una nación cuyo estándar de vida figuró como el más alto del continente africano.
Mientras tanto, pasa el tiempo, la muerte de Gadafi sigue llenando las páginas de la prensa local y se constituye en el principal tema de conversación junto al anuncio de que habrá elecciones antes de ocho meses.
Según reseña la cadena EuroNews, mucha gente opina que los despojos del depuesto líder deberían ser enterrados en un lugar secreto.
Sofija Farkaš, viuda de Gadafi, ha solicitado a organismos internacionales que investiguen las circunstancias en que se produjeron las muertes de su marido y su hijo Mutassim, al tiempo que reclama les sean entregados los cuerpos para cumplir los debidos rituales musulmanes.
Ojalá no llegue una orden desde Washington indicando que, o bien los incineren o los arrojen al mar, como dicen hicieron con el supuesto cadáver de Bin Laden.
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