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lunes, 10 de octubre de 2011

Posibilidad de canje de Gross por René es mezclar peras con manzanas, señala Alarcón (+ Vídeo)

Estados Unidos no debería esperar que Cuba libere a un contratista estadounidense con base en un gesto humanitario unilateral, dijo Ricardo Alarcón, presidente del parlamento en la Isla, en entrevista con la agencia de prensa Associated Press (AP).
Esperar un gesto así “no sería razonable”, remarcó el experto en el tema del diferendo bilateral cubano-estadounidense, cuya afirmación deja flotando, sin embargo, una lectura entre líneas de la posibilidad de un arreglo sólo si del otro lado del estrecho de la Florida se produjera una señal de igual signo, pero además razonable.
Alan Phillips Gross fue sentenciado en marzo a 15 años de cárcel por crímenes contra la Seguridad del Estado. Fue arrestado en Cuba en diciembre de 2009 tras ser sorprendido cuando introducía a la isla equipo de telecomunicaciones satelitales en forma ilegal.
El contratista efectuaba su tarea de agente como parte de un programa de desestabilización  financiado por la agencia estadounidense USAID, encubierto tras supuestos proyectos de apoyo al desarrollo en países extranjeros.

Después de que el Tribunal Supremo de Cuba confirmó la sentencia de Gross en agosto, los esfuerzos mediáticos en EEUU se dirigieron a lograr su liberación por “razones humanitarias”.
Durante una visita a México, Alarcón dijo que el gobierno estadounidense “debería buscarse una buena poltrona y sentarse a esperar” si tiene la expectativa de una liberación por razones humanitarias.
“No sería razonable esperar un gesto unilateral”, manifestó.
También habló con dureza sobre el ex gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien visitó Cuba a principios de septiembre para negociar la liberación de Gross. Richardson se fue a casa sin ver al reo.
Alarcón dijo que Richardson vino a Cuba en un viaje privado y no como parte de una misión estadounidense. El viaje de Richardson fue “como practicar la diplomacia amateur, eso no existe, ese es un invento de Bill”, dijo Alarcón.
Alarcón dijo que Richardson sugirió un intercambio de Gross por René González, uno de los cinco cubanos que fueron condenados en 2001 por infiltrar filas de organizaciones mafiosas de Miami. González tiene la nacionalidad cubana y la estadounidense y extinguió su condena el pasado viernes tras pasar 13 años en prisión, pero la jueza Joan Lenard ordenó que debía cumplir tres años de libertad condicional en Estados Unidos antes de que se pueda ir a Cuba.
Funcionarios cubanos confirman que los cinco intentaban evitar ataques terroristas contra la isla al vigilar a los grupos terroristas de exiliados cubanos, mientras ex militares de alto rango y oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI) atestiguaron que la información a la que tuvieron acceso Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González no comprometía la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Sin embargo, los Cinco, como se les conoce en las campañas internacionales a favor de su excarcelación, fueron declarados culpables de “espionaje” y de “intentar infiltrar las bases militares de Estados Unidos”.
“Richardson más bien ha enredado todas las cosas, porque no puedo creer que alguien en serio pudiera pensar que podía haber una negociación entre René González, que estaba (…) a unos días de cumplir su condena (…), y un señor que está comenzando a cumplir su condena”, dijo Alarcón. “Es realmente mezclar manzanas con peras”.
Alarcón dijo que la vida de González está en riesgo si se queda en el sur de Florida, especialmente después de que la representante republicana de Florida Ileana Ros-Lehtinen dijo que González “tiene sangre estadounidense en sus manos”.
“Esta corriendo riesgo no solamente su persona (…), alguien puede estar interesado en provocar un incidente con él para que la jueza lo vuelva a enviar a prisión”, dijo Alarcón.
El presidente del Parlamento cubano dijo que mandar a González de regreso a la isla caribeña sería lo más conveniente para los intereses de Estados Unidos y Cuba, y también instó al gobierno de Barack Obama a liberar a los otros cuatro cubanos que aún están en prisión.

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