El dinero de a subversión fluye hasta la bloguera en forma de otro generoso "premio" en metálico. |
Héctor R. Castillo Toledo
La copiosa partida millonaria del dinero asignado por el Departamento de Estado yanqui para la subversión en Cuba fluye hacia sus destinos de las más diversas e inimaginadas formas: una parte -la mascada más gorda- engrosa bolsillos y cuentas de quienes llevan ya más de medio siglo "haciendo su agosto" con el negocio de la contrarrevolución en la Florida; la otra, la de las migajas, se encauza hacia los alabarderos "pagados por Roma", encargados de disputársela hasta con los dientes con tal de sacar la tajada más suculenta de entre el ripio.
El propósito o el fin en sí, como prefieran llamarlo, se consigue compitiendo por ver quién miente más y con mayor efectividad, medidor este que se calcula sobre la base de quién resulta el más agraciado(a) ante los ojos de la administración. Pongamos varios ejemplos:
Las llamadas Damas de Blanco, las cuales se suponía dejarían de tener razón de ser cuando el gobierno cubano accedió a poner en libertad a los esposos de las reclamantes -juzgados y sancionados por infringir las leyes cubanas-, debían haber disminuido de modo ostensible su número de filas, pues buena parte de ellas abandonó el país junto a sus familiares.
Encabezadas por Laura Pollán (aunque sobre asuntos de liderazgo mejor ni hablar, que esa gaveta tiene cucarachas, y de las grandes el grupo ha reforzado su membresía ahora con las llamadas damas de apoyo, chancleteras reclutadas entre los fondos más bajos del entramado social nacional, que buscan entre las publicitadas y nada recoletas "mujeres de la SINA" la manera de ganarse con facilidad un fajo de dólares.
Alentadas por el verde billetaje, no se han andado con muchos remilgos para proclamar con rimbombancia su deseo de constituirse en "la llamita que prenderá la rebelión en Cuba", pues sueñan con el protagonismo de una "primavera a lo árabe" acá en el trópico. Pero cada vez que han intentado desafiar la ecuanimidad de un pueblo colmado hasta el gollete de sus falacias, se encuentran con un extintor humano que sale a defender la causa de la gran mayoría en Cuba.
Al camaján gordo y mofletudo autotitulado presidente de un comité cubano por los derechos humanos, Elizardo Sánchez Santa Cruz, le toca una de las partes más innobles de la tarea disidente: reportar mensualmente al "cuartel general" en la Oficina de Intereses en La Habana las supuestas violaciones de derechos humanos en la Isla, centradas en imaginarias "palizas" y "operativos de detenciones tumultuarias", sin siquiera verificar de sus "fuentes informantes" de muy pálido crédito la fiabilidad de datos o nombres.
Elizardo Sánchez, "el listero" de la SINA. |
Personajes todos de dudosa catadura moral como Osvaldo Payá, Guillermo Fariñas o Martha Beatriz Roque alimentan a los medios corporativos, cuyas gerencias, faltando a la más elemental regla del periodismo (confrontación de fuentes), publican protestas mediáticas, abandono en las prisiones, mala alimentación para los reclusos, empleo de gases lacrimógenos y golpizas. Tales son la constante en los grandes medios prestados al juego de desacreditar la Revolución a cualquier costo, al punto de llegar hasta el absurdo de poner por policías cubanos a represores hondureños o tomar como fidedignas declaraciones de mitómanos consumados de la Isla.
Más dinero en "premios"
En esta última fauna clasifica la que sin dudas se lleva las palmas no sólo por el largo de su nariz -extrema de verdad en la vida real y en comparación con la del imaginario fabulesco concedido a Pinocho, el títere de madera. Sí, porque Yoani Sánchez, "La Flaca" bloguera es títere de un Don Gepetto que mueve un entramado de hilos tan largos que van a dar lo mismo a la SINA que a Miami, Washington, Madrid, París, Londres, Berlín...
Según un artículo del periodista e investigador Jean-Guy Allard, la punta más reciente entre las cuerdas descubiertas lleva a la Universidad Pública de Navarra (UPN) centro que le ha otorgado su premio “de los Derechos Humanos”, dotado con unos 36 000 euros (50 000 dólares), lo que hará de ella la “disidente” más rica jamás vista en la Isla.
Gracias a este galardón de sus amistades falangistas, la cantidad recibida por Sánchez hasta ahora alcanza los 300 000 euros, es decir 400 000 dólares. Esta “mujer de éxito”, consiguió un Premio de Periodismo Ortega y Gasset, (15.000 euros), otorgado por el diario español El País, al empezar su colección de diplomas retribuidos.
Luego le siguió la Universidad estadounidense de Columbia con el Premio Maria Moors Cabot, de 5 000 dólares, la misma cantidad que le otorgo TV Azteca de México, propiedad del multimillonario y muy “democrata” Ricardo Salinas Pliego, un ultraderechista involucrado en varios escándalos políticos y financieros tanto en México como en EEUU.
El CEPOS (Centro Danés de Investigación Independiente), vinculado a la Heritage Foundation, unos de los think tanks más reaccionarios de EEUU, vinculado a la CIA, le regaló 300.000 coronas danesas, unos 40 000 dólares. La muy democrática Premio Príncipe Claus de Periodismo, le puso 25.000 euros en la cuenta, y así sin contar quienes no revelan el valor en moneda dura de sus “recompensas” a la desestabilización, no importa si para ello se compromete con papelazos bien sonados como la entrevista donde resultó vapuleada por el escritor y periodista francés Salim Lamrani, o WikiLeaks revela que la publicitada entrevista de la bloguera a Barack Obama no pasó de ser un bluff orquestado desde la Oficina de Intereses, donde redactaron cada letra y signo de puntuación de las supuestas respuestas presidenciales
Promocionada por el Departamento de Estado, Sánchez se beneficia de campañas de imagen en cada revista o diario derechista del mundo, parte de la estrategia de difamación de Cuba en el exterior. La revista Foreign Policy, vinculada a la comunidad de inteligencia, hizo su apología en varias oportunidades.
Mientras, la agencia Associated Press en un texto publicado en los últimos días reconoce que la bloguera es prácticamente desconocida en la Isla. Recordaba AP que, según un cable de WikiLeaks, la llamada disidencia cubana tiene tan poco prestigio que representantes de la diplomacia estadounidense presentes en Cuba la califican de “anticuada, dividida e ignorante del sentir popular”.
En enero pasado, cuando la institución universitaria anunció por primera vez su decisión de otorgar este premio a la cubana, se señaló que este campus era precisamente donde había estudiado el canadiense Robert Guerra, quién unos meses antes había visitado a Sánchez con la intención de obsequiarle programas para la encriptación de datos.
En la actualidad, este señor Robert Guerra es nada menos que el jefe del plan de agresión cibernética de Freedom House, la misma organización CIA que desde hace décadas sirve de tapadera para operaciones de inteligencia contra Cuba, financiadas por la USAID y la NED.
En un encuentro con la subsecretaria de Estado estadounidense Bisa Williams, durante su visita a Cuba en septiembre de 2010, Yoani Sánchez, consciente de sus intereses, expresó su deseo de beneficiarse de los servicios online de la empresa estadounidense de transferencia de dinero Paypal -coincidentemente una de las abanderadas del tenaz bloqueo a productos cubanos en Europa- para, según palabras textuales suyas, “luchar más eficazmente a favor de un cambio de régimen”.
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