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jueves, 24 de noviembre de 2011

Asumió el nuevo gobierno de transición en Libia; denuncian represalias

Mustafá Abdeljalil, titular del CNT.
Héctor R. Castillo Toledo

Tras ocho meses de guerra civil y del asesinato del coronel que gobernó al país durante 40 años, el titular del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdeljalil, tomó juramento a su gabinete y ratificó que dentro de siete meses convocará a comicios para elegir a un nuevo presidente. "Es un momento de gran alegría", dijo el primer ministro Abdel Rahim al Kib, quien precisó que la nueva administración cuenta con 24 ministerios, algunos de ellos nuevos, como el de los Mártires, Heridos y Desaparecidos o el de Sociedad Civil.
La fórmula de juramento de los funcionarios incluyó el compromiso de "permanecer fieles a los objetivos de la revolución del 17 de febrero" y "preservar la independencia de Libia, su seguridad y la unidad de su territorio".

LIBIA ADENTRO

Entretanto medios de prensa informan que la intervención extranjera para imponer la "democracia" en Libia está dando ya sus primeros "frutos": las represalias. Según un informe de la ONU, miles de personas han sido detenidas y encarceladas en instalaciones controladas por las llamadas “brigadas revolucionarias”.
Entre los detenidos hay extranjeros, mujeres y niños, y se informa de supuestos casos de abusos y tortura.
En su informe, el secretario general de la ONU señala que los prisioneros políticos del régimen de Muammar Gaddafi han sido liberados, mientras que unas 7.000 personas están entre rejas extrajudicialmente debido a la “falta de policía y de justicia”.
Muchos de los encarcelados son ciudadanos o inmigrantes de otros países africanos, que ahora son sospechosos de haber sido mercenarios de Gaddafi. Nada se dice sobre las fuerzas sauditas, de Qatar o de los servicios secretos de Francia y el Reino Unido  que en igual condición ayudaron a derrocar al gobierno legítimo de Libia
“Se informó de casos de maltrato a personas solo por el color de su piel”, afirmó Ban Ki-moon en el documento divulgado previamente a la reunión del Consejo de Seguridad de esa organización, en donde se analizará la situación en el país árabe.
Aunque el gobierno de transición ha comenzado a asumir el control de las milicias “queda mucho por hacer para prevenir los abusos”, aseguró el secretario general de la ONU.
En otro comunicado difundido el miércoles, Ban Ki-moon señaló “los numerosos desafíos que Libia tiene por delante, incluyendo algunos cruciales como la reconciliación nacional, la seguridad pública, la protección de los derechos humanos y la reanudación de los servicios básicos para los libios”.
Los países occidentales involucrados en los ataques aéreos contra las fuerzas de Gaddafi han apoyado al Consejo Nacional de Transición y al nuevo gobierno interino (negocio redondo, cobrar para reconstruir al país cuyas bombas destruyeron), y demagógicamente han hecho hincapié en la observancia de los derechos humanos.
De hecho, al apoyar en marzo pasado la resolución 1973 en el Consejo de Seguridad, estos mismos Estados dejaron las manos libres a la OTAN para la injerencia militar en el conflicto libio, condicionado en buena medida, como ha sido probado, por "revueltas" protagonizadas por actores externos, tal como sucede ahora mismo en Siria.
Para quedar bien con Dios y con el Diablo, el informe de la ONU señala que durante la guerra no solo las fuerzas de Gaddafi, sino también los insurgentes, cometieron acciones equivalentes a crímenes de guerra. Para comprobarlo basta recordar las circunstancias de la captura y linchamiento del propio Muammar Gaddafi.

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