El máscara sureño bateo de 5-4, pero salvo el primer hombre (4-3), el resto no produjo. Así no se puede ganar. |
Los locales le dieron ventaja de una carrera al olímpico Norberto González (1-2) en el mismo primer capítulo, una entrada que pintaba para mucho más, pues con bases llenas (pelotazo a Alexei García y boletos consecutivos a Leyva y José Dariel) y un solo out, el máscara Osvaldo Arias disparó el primero de sus cuatro imparables en cinco turnos, suficiente para hacer saltar del box al abridor derecho Carlos O. González.
En auxilio del mayarisero acudió su tocayo Carlos Alberto Santiesteban, quien con las artes del cerrador clásico que es, cortó la inspiración de los paquidermos cuando Pável Quesada conectó duro al campo corto, perfecto para doble matanza.
Sentencia válida para cualquier deporte, los Sabuesos apelaron a la vieja máxima de liquidar al rival que perdona. Entre segundo y tercer innings fabricaron cinco anotaciones a razón de dos y tres respectivamente, la tríada favorecida por un parpadeo del torpedero Erisbel Arruebarruena sobre conexión de Yordan Manduley con Oscar del Rosario en primera, pero el patrullero derecho quedó vivo en la intermedia porque el batazo de extinguir la entrada sirvió sólo para sacar al bateador-corredor.
Lo que sucede en tales casos está de más contarlo. Pelotazo al inicialista Aguilera más imparable del camarero Yeison Pacheco congestionaron las almohadillas, limpias ipso facto tras biangular de Geidys Soler sobre la misma raya de cal de la pradera derecha.
Esas bastaban para un hipotético empate con el descomunal jonrón de Adir Ferrán por sobre el techo de la banda izquierda abriendo el penúltimo capítulo, sumado al racimo de tres con el cual los Elefantes ripostaron en el cuarto la rebelión de los cachorros. Pero antes del cuadrangular del designado anfitrión los nororientales habían ampliado a cuentagotas, una en la sexta, otra en el llamado inning de la suerte, esta última también por vuelacercas del paracortos Manduley.
Para apuntalar su éxito, los Sabuesos bajo las riendas de Fenicio García rotaron a cinco lanzadores por el montículo. Además de los ya mencionados actuaron los también diestros Juan Enrique Pérez, Pablo Millán Fernández (el ganador, 1-0) y Jorge Luis Bravo, quien sumó su primer punto por juego salvado.
A modo de ilustración de por qué no cuajan las victorias del conjunto, comentar que entre el primero del line up, Lazarito Rodríguez (3 en cuatro turnos), y el quinto palo, Osvaldo Arias (4 en 5), sumaron siete de los nueve incogibles de la tropa de Iday Abreu. Los dos restantes, el ya aludido bambinazo de Adir y un sencillo de Darián González impulsor de una carrera en el trío del cuarto episodio; el resto de los Elefantes se fue en blanco...
Puede usted detentar el mejor pitcheo colectivo según el promedio de carreras limpias por juego (PCL) -de hecho ya no lo es el de Cienfuegos (3,18), segundo detrás del de Sancti Spíritus (2,91)- que si no pone de su parte y produce, mal le irán las cosas. Tal le sucede a los verdinegros después de la barrida sobre los Cazadores y haber bateado a sus anchas frente al conjunto que, pese a su estreno en el clásico nacional, reúne, según historial, al mejor cuerpo de lanzadores de Cuba en la actualidad.
Pero así son los enigmas del deporte de bolas y strikes, como comentara en fecha reciente el colega Michel Contreras en el sitio Cubadebate, en un trabajo ilustrado con foto de José Dariel Abreu y una nota al pie bien razonable: “Cuando Abreu no batea el Elefante llora”.
Por último, resaltar el éxito de los holguineros, penúltimos en la llamada Serie de Oro y ahora con una arrancada bastante aceptable: cinco éxitos y cuatro fracasos, con la acotación de que únicamente cedieron (2-1) ante Los Leñadores, segundos del Este. Detrás ganaron sus compromisos bilaterales frente al subcampeón Ciego de Ávila y ahora al medallista de bronce en la mencionada campaña. Veamos cómo les va contra Artemisa en la próxima subserie.
El Cienfuegos, por su parte, consume su primer descanso de tres días (12, 13 y 14 de diciembre) antes de salir a su primer periplo en carretera, contra Camagüey del 16 al 18 y a seguidas frente a los Alazanes (20 al 22). Luego regresarán a su pradera en el Coloso de Bonneval para medir fuerzas con Industriales (24, 25 y 26); la última subserie de 2011 también la disputarán fuera del patio: versus el campeón Pinar los días 28 y 29, el primero con programa doble.
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