La afición al béisbol distingue a Yamil Díaz Gómez, quien desmiente estereotipos que encasillan a los escritores solo en el plano artístico. Foto: Cedeño. |
Con la consagración y sencillez de un atleta, Yamil Díaz Gómez, destacado escritor y amante apasionado del béisbol, sale al terreno cada capítulo de su vida
Liudmila Morales Alfonso y Liosday Landaburo Sánchez
El escritor, investigador, periodista y editor villaclareño Yamil Díaz Gómez es un hombre de muchas palabras. Atrapar la esencia de los días en rejas de papel constituye habilidad y entrenamiento al que consagra horas y fuerza. En recompensa, conforman su medallero varios lauros Fundación de la Ciudad de Santa Clara, “Letra Nueva”, “Memoria”, “Raúl Gómez García” el Premio Internacional de Poesía Bustarviejo y el “Julián del Casal”, otorgado por la UNEAC, entre otras muestras de una prolífera y consolidada carrera literaria.
¿Por qué le cuesta, entonces, describir cuanto siente en un juego de pelota? ¿Qué emociones lo embargan, al punto de saltar de las gradas y quedarse cojo para siempre?
Y aunque hoy no conciba su vida lejos de los estadios, quizá nunca imaginó cómo esta iba a cambiar en uno de ellos.
“He tenido ciertas excesivas aficiones como lanzarme de las gradas por festejar un jonrón y cosas así, que me han llevado a sufrir consecuencias dramáticas y de las cuales no me he arrepentido nunca porque marcan esa presencia del deporte no tanto en lo que escribo sino en lo que vivo”, declara.
Tal convicción proviene de otra más amplia: “las manifestaciones deportivas forman parte de la cultura y no una parte menor, ni menos importante, ni menos interesante. Yo creo que el béisbol, por ejemplo, resulta tan consustancial a la identidad cultural cubana como el azúcar o el complejo de la rumba en la música”.
Esa “extraña” dualidad escritor-deportista aficionado, marca a otros intelectuales de la isla. “Podría poner un ejemplo y resumirlo todo, alguien que para mí es un paradigma total dentro de la nuestra cultura. Samuel Feijóo en su autobiografía cuenta la primera injusticia que vio: ocurrió en un juego de pelota”.
Con total irreverencia, Yamil desestima rígidos esquemas para encasillar a los escritores únicamente en el mundo de las artes.
“Son estereotipos que se van rompiendo en la propia práctica. Yo tengo amigos muy entusiastas del deporte, como Norberto Codina, Héctor Arango, Omar Valiño… muchos más. Entre mis acompañantes al estadio figuran Félix Luis Viera, Ricardo Riverón, Lorenzo Lunar y tantos otros escritores. No veo como una generalidad esa distancia, abandono o subvaloración”.
Sin rodeos, ambas mitades se abrazan en su universo personal.
“Cuando uno enfrenta la hoja en blanco es como el pitcher al empezar el primer inning: un reto. Además, el deporte ha devenido tema permanente de la literatura, porque cualquier espacio que promueva las pasiones y recuerde al hombre que constituye algo más que un ser físico, con sensibilidad y capacidad de emocionarse, llorar, batallar por una victoria; debe tener un reflejo en las letras”.
En primera base: José Martí, cuya vida y obra representan para Yamil fuente indeleble de investigación y estudio. En segunda: el amor por la pelota. ¿Puntos de convergencia?
“Martí calificó el béisbol de juego monótono que perturba el juicio, solo en esto no coincido con él. Pero los partidos que vio el Apóstol diferían mucho de los actuales. En aquella época era normal un marcador de cuarenta y tantas carreras por treinta y tantas y eso para un espectador de hoy significaría algo muy aburrido”.
¿Alguna vez te has detenido a pensar por dónde transitaría hoy tu vida si te hubieras convertido en pelotero?
“Bueno, yo no sé la mía, pero la del equipo Villa Clara hubiera resultado un desastre (ríe). Me faltaron las condiciones, pero igual, el deporte hay muchas maneras de disfrutarlo, no precisamente como uno de sus protagonistas. Yo de alguna manera soy un campeón de las gradas”.
Versión para edición digital de la entrevista radial que ganara en su género el premio durante la versión 2011 del concurso deportivo José González Barros, convocado por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
No hay comentarios:
Publicar un comentario