Mario "Mongo" Díaz Balart, promotor de la medida dirigida a restaurar las limitaciones contra Cuba. |
Tal fue el truque logrado por los negociadores del órgano legislativo, como opción casi de emergencia para firmar a menos de 28 horas de que se cumpliera el plazo, un acuerdo sobre el gasto para las agencias federales de un 1.000 millones de dólares que de no concretarse hubiese provocado un cierre parcial del gobierno.
Según fuentes congresionales, los líderes en el Capitolio acordaron eliminar la iniciativa presentada por la representante Jo Ann Emerson, para flexibilizar los pagos, que hoy deben hacerse en efectivo y por adelantado. La enmienda de la republicana por Missouri fue borrada por exigencias de la extrema derecha, como compensación por la eliminación de un acápite incluido en la Ley del Presupuesto para limitar los viajes y remesas de dinero de los cubanos residentes en Estados Unidos a su país de origen.
El representante José Serrano, demócrata por Nueva York y miembro del Comité de Asignaciones de la Cámara, señaló que las restricciones propuestas por el congresista republicano Mario Díaz-Balart habían sido el último obstáculo en las negociaciones sobre el proyecto de ley general para gastos de 2012.
Balart pretendía que las restricciones regresarán al nivel establecido durante el gobierno de George W. Bush, cuando los cubanoamericanos sólo podían viajar a la nación caribeña cada tres años y enviar un máximo de mil 200 dólares anuales en remesas, mientras limitaba a la primera línea de consanguinidad, léase hijos, padres y abuelos, la definición de "familia".
El Congreso estadounidense certificó estas resoluciones en las jornadas finales de discusión acerca de una iniciativa de ley federal presupuestaria para el siguiente año. El tema cubano, insertado por Balart, se había convertido en un obstáculo que llegó a bloquear el análisis del proyecto.
La mayoría republicana de la Cámara de Representantes amenazó con presionar nuevamente los párrafos sobre Cuba, si ambos hemiciclos legislativos no alcanzan el entendimiento a la hora de refrendar la versión final del texto.
Organizaciones a favor de flexibilizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba habían demandado al Congreso rechazar el proyecto legal presentado por Díaz-Balart, para limitar los viajes y remesas al archipiélago.
Entre los opuestos a la idea está el Grupo de Estudios Cubanos, integrado principalmente por empresarios originarios de la isla y establecidos en este territorio, recordaron noticiarios.
Kathy Castor, congresista demócrata de Tampa, también llamó a legisladores de su partido y de la formación republicana a eliminar la cláusula, incorporada en junio pasado a un programa de gastos del Tesoro.
A la demanda se sumaron otros defensores de la normativa aprobada por el presidente Barack Obama en 2009 para flexibilizar algunas restricciones a los viajes a Cuba, entre ellos compañías de vuelos.
El bloqueo de Estados Unidos a Cuba constituye una violación del Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas, y ha sido condenado durante 20 años consecutivo por la Asamblea General de esta organización.
Luis René Fernández, investigador del Centro de Estudios Hemisféricos de la Universidad de La Habana, aclaró recientemente que "no existe comercio, pues lo realizado entre los dos países se limita a la importación por Cuba de productos agropecuarios y alimentos provenientes de Estados Unidos".
"Es un proceso sujeto a estrictas regulaciones que lo limitan considerablemente (...) estas transacciones deben ser pagadas en efectivo antes de que las cargas salgan de puertos estadounidenses, un elemento totalmente contrario a las normas internacionales del comercio", argumentó el experto.
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