La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es nuestra obra más preciada, dijo hoy en Caracas el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Raúl Castro.
El mandatario cubano pronunció un discurso de alrededor de 20 minutos en la primera sesión de trabajo de la III Cumbre de América Latina y el Caribe (CALT), efectuada esta noche en Fuerte Tiuna, en el sureste de este capital, que dará paso mañana a la creación de la CELAC.
Simbólicamente, la creación del nuevo bloque "consolida el concepto de una región unida y soberana, comprometida con un destino común", señaló.
En términos estratégicos -agregó-, nos brinda el instrumento político requerido para aunar voluntades, respetar la diversidad, resolver diferencias, cooperar por el bien de nuestros pueblos y solidarizarnos los unos con los otros.
Su éxito dependerá del carácter y la sabiduría de sus miembros, "que somos las 33 naciones independientes situadas entre el río Bravo y la Patagonia", sentenció el Presidente cubano.
"No tenemos un ideario plenamente homogéneo ni coincidimos en todas las posiciones políticas, eso es parte de la realidad, y con ella debemos trabajar en un clima de respeto y cooperación", afirmó.
Raúl expresó la voluntad de Cuba de trabajar “con dedicación, altruismo y compromiso” por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y seguir siendo solidario y “compartir su pobreza”.
“A nuestro país, férreamente bloqueado, no le sobra ningún recurso, más bien le falta de todo, pero está dispuesto a compartir su pobreza con los que tienen menos”, manifestó Castro en su discurso durante la inauguración en Caracas de la cumbre constitutiva de la nueva instancia de integración regional.
Recordó un letrero que dijo leyó recientemente en Quito, en la “Capilla del hombre”, del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, y que confesó le impresionó: “Cuando era niño lloraba porque no tenía zapatos hasta que un día vi un niño que no tenía pies”.
“Por más difícil que pueda ser la situación de un país, siempre hay alguien más pobre que nosotros, siempre hay un niño sin pies”, prosiguió el líder cubano quien pidió, en ese contexto, actuar a favor de Haití.
América Latina y el Caribe, dijo, “tiene la responsabilidad histórica y ética con esta república hermana, la primera en independizarse del yugo colonial” y que en la actualidad “requiere y merece” aportes “más sustantivos”.
En otra parte de su intervención el mandatario cubano también recordó que los más de 20 millones de kilómetros cuadrados que ocupan las 33 naciones asociadas en la CELAC están libres de armas nucleares, “un privilegio” del que gozan pocas regiones en el mundo, y exhortó a que próximamente también se vea libre de “bases militares extranjeras”.
Aunque reconoció la fortaleza regional frente a “la crisis global”, el Presidente cubano identificó entre lo que llamó “deformaciones que obstaculizan el desarrollo” las desigualdades en la repartición de las riquezas, lo que incide en la existencia de 180 millones de pobres, de los cuales 62 millones viven en extrema pobreza.
Entre ellos figuran, recordó, 81 millones de niños, y 13 millones de ellos “ni siquiera pueden acceder a una alimentación adecuada en una zona que produce más nutrientes de los que necesita”.
Más allá del Río Grande y de la Patagonia, la reacción ciudadana contra “la corrupción y el abuso del poder”, entre otros factores, es un “fenómeno expresado” en el norte de África, el Oriente Medio, Europa y Norteamérica, apuntó al aludir a situaciones allende las fronteras de la CELAC.
Son expresiones, evaluó, “del colapso de despiadados modelos” que han creado organismos tales como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que valiéndose de “pretextos y manipulaciones” para perpetrar “crímenes internacionales”, remató, amenazan “con convertirse en modelo” en otras partes del planeta.
Calificó de un acto fundacional de carácter trascendental la celebración de esta cumbre, "por las decisiones que aquí adoptamos y el trabajo conjunto de los últimos tres años", con lo que se reivindican -opinó- más de dos siglos de luchas y esperanzas.
"En la CELAC, Cuba trabajará con dedicación, altruismo y compromiso por la unidad de nuestros pueblos, por un futuro de paz y justicia social y por el empeño irrenunciable de consolidar la plena independencia de lo que José Martí definió para el porvenir como Nuestra América", dijo finalmente.
(Discurso I parte)
(Discurso II parte)
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