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miércoles, 18 de enero de 2012

Una "moda literaria" bien odiosa. ¡Pobre Historia!

No ya Pinochet en Chile. En Arizona no se salvan ni Shakespeare ni Cristóbal Colón

Héctor R. Castillo Toledo

Parece ser una moda y lo peor es que no tiene tintes de resultar pasajera. Está haciendo furor en varias partes del planeta aquello de intentar reescribir la Historia, o en el peor de los casos, escamotearla a las generaciones que nos continuarán.
En el Chile del derechista Sebastián Piñera, a principios de diciembre pasado el Ministerio de Educación, el mismo que ha sido epicentro del movimiento de protestas estudiantiles por una enseñanza gratuita y de calidad, decidió cambiar en los libros de Historia el término “dictadura” por “gobierno militar”. Ello como parte de reformas a las bases curriculares de formación para los chicos de la primaria.

Aunque las modificaciones fueron aprobadas conforme a la ley por el Consejo Nacional de Educación, la propuesta oficial del gobierno de Piñera causó una sorpresa mayúscula entre los chilenos, toda vez que el acuerdo se adoptó en un círculo bien cerrado de decisores, entre cuatro paredes, sin consultas previas, en un ambiente rayano con aquellas decisiones listas para clasificar como secreto de Estado.
La resolución aprobada expuso entre las razones justificativas de tal dislate un argumento bien banal: “Comparar diferentes visiones sobre el quiebre de la democracia en Chile, el régimen militar y el proceso de recuperación de la democracia a fines del siglo XX, considerando los distintos actores, experiencias y puntos de vista, y el consenso actual con respecto al valor de la democracia”.
Parecía aquella la nota capaz de ponerle "la tapa al pomo" en asuntos vinculados con esta esfera, pero no. Craso error: hoy el sitio alternativo Democracy Now advierte sobre la prohibición en la Arizona de la Ley antiinmigrante o SB1070 de 2010, de aquellos textos que aborden temas raciales o étnicos.
Según el despacho "funcionarios de la educación emitieron una lista primaria de libros a ser prohibidos en el sistema educativo tras la aprobación, la semana pasada, de la suspensión del aclamado programa de Estudios Mexicano Estadounidenses del distrito debido a la prohibición de la enseñanza de estudios étnicos aprobada en ese Estado".
En la lista que cita Democracy Now como libros satanizados al más rancio estilo medieval, figuran: Rethinking Columbus: The Next 500 Years, (en español: Repensar a Colón: Los próximos 500 años); la obra teatral de Shakespeare La Tempestad; Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire; América ocupada: Los chicanos y su lucha de liberación, de Rodolfo Acuña, y Chicano!: The History of the Mexican Civil Rights Movement (en español: ¡Chicano!: La historia del movimiento por los derechos civiles de los mexicano-estadounidenses).
En un artículo titulado Who’s afraid of “The Tempest”? (¿Quién teme a la tempestad?) el sitio digital Salon.com informó que los docentes han sido notificados además de que deben apartarse de todo libro en que “la raza, lo étnico y la opresión sean tema centrales”.
¡Pobre asignatura! ¡Ay de ti, Historia!
Desde el futuro tal pareciera que alguien nos grita en son de burla: "¡Total, de qué sirve. Los cyborgs no necesitan conocer el pasado!".
Hacia ese estado de cosas pretenden llevarnos. Es hora de parar y ponerle coto a la insensatez.

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