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jueves, 19 de enero de 2012

Inteligencia yanqui asesinó estadounidenses durante el golpe de Pinochet en Chile, en 1973

Jacob G. Hornberger (*)

Un juez chileno ha procesado a un oficial naval estadounidense jubilado, el capitán Ray E. Davis, por el asesinato de dos conciudadanos en Chile durante el golpe militar de Augusto Pinochet contra el gobierno de Unidad Popular del socialista Salvador Allende, asonada que contó con asesoría y apoyo de EEUU en septiembre de 1973.
La acusación indica que militares de EEUU y la CIA pudieron haber sido responsables del “asesinato por razones de Seguridad Nacional” de dos estadounidenses varias décadas antes del inicio de la guerra contra el terrorismo.
Los dos norteamericanos en cuestión eran periodistas –Charles Horman, de 31 años, y Frank Teruggi (1), de 24. Ambos jóvenes fueron hechos prisioneros y ejecutados a sangre fría durante las jornadas posteriores al golpe de Pinochet, el 11 de septiembre de 1973.
Por décadas, jugando al inocente, la CIA negó cualquier implicación en estos asesinatos. Luego, en 1999 un documento desclasificado del Departamento de Estado reveló que la CIA había desempeñado de hecho, un cierto papel no identificado por lo menos en el asesinato de Horman.
Desde la revelación de ese documento del Departamento de Estado, la CIA mantiene silencio sobre el caso, obviamente desde la posición que la mejor política es el secreto y el encubrimiento.
De la misma manera, a pesar que el texto desclasificado suministró de forma clara suficiente fundamento para designar a un gran jurado federal que investigara el papel de la CIA en el asesinato, el Departamento de Justicia rehusó hacerlo.
Al mismo tiempo, el Congreso también falló y rechazó abrir una investigación sobre el caso chileno o un proceso de citación a funcionarios de la CIA para declarar cuál fue exactamente el papel de la agencia en estos asesinatos, la identidad de los oficiales CIA que participaron en las muertes, y si el presidente Richard Nixon o algún otro cercano colaborador ordenó la eliminación física de los dos estadounidenses.
La acusación chilena a un oficial jubilado del ejército de EEUU trae una nueva dimensión al caso, la confluencia de las dos ramas de la seguridad nacional de EEUU –los militares y la CIA–, según se dice, para llevar a cabo el asesinato de dos periodistas norteamericanos por razones de seguridad nacional.
¿Qué hicieron, supuestamente, Horman y Teruggi para justificar su eliminación? La explicación es que en las fechas previas a la asonada militar, Horman adquirió pruebas documentales de la complicidad del gobierno de EEUU en el golpe. Por lo tanto, al adquirir tal información Horman se convirtió en una potencial amenaza inmediata para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Por otra parte, el hecho de que Horman y Teruggi fueran liberales, simpatizantes de izquierda que apoyaban el gobierno socialista de Salvador Allende, también pudo servir como “prueba” de constituir una amenaza grave para la seguridad nacional de Estados Unidos durante la Guerra Fría.
La acusación chilena contra el ex oficial Ray E. Davis argumenta que éste, al trasladar a Horman a su apartamento en Santiago, le dio un paseo por la instalación militar de EEUU en Valparaíso, visita durante la cual el reportero se hizo con la alegada información que demostraba la complicidad de EEUU en el golpe. Después de eso, Horman fue buscado por sicarios de la policía secreta del general golpista, apresado y ejecutado.
Un giro irónico de esta saga involucra el asesinato de un ciudadano chileno y su ayudante norteamericana por el régimen de Pinochet, también por "razones de seguridad nacional". Durante su dictadura brutal, Pinochet envió a Washington, D.C., a un equipo de asesinos de su seguridad nacional que dio muerte en las calles de la capital al excanciller Orlando Letelier y la ciudadana Ronnie Moffit. Aunque la persona que orquestó el asesinato, Michael Townley, llegó en última instancia a un acuerdo amistoso con la fiscalía –sin duda porque había sido agente de la CIA–, por lo menos el Departamento de Justicia trató este atentado como homicidio y no como un asesinato legítimo perpetrado por el régimen de Pinochet para proteger la seguridad nacional de Chile.
Sin embargo, el gobierno de EEUU nunca ha tratado de la misma manera las ejecuciones de Charles Horman y Frank Teruggi. Al parecer, la idea ha sido que una vez que la seguridad nacional de EEUU decide que alguien constituye una amenaza para el país, incluyendo a ciudadanos estadounidenses, posee la autoridad legal para eliminar esta amenaza a través del asesinato.
No hay estatuto que reglamente asesinatos. El gobierno de EEUU, incluidos su Congreso y el Departamento de Justicia, le deben al pueblo estadounidense, y en especial a las familias de Charles Horman y Frank Teruggi, la apertura de investigaciones oficiales sobre las muertes de estos dos jóvenes y llevar ante la justicia a todos los funcionarios vinculados de alguna manera con a orden de ejecución.
El asesinato de Charles Horman fue el tema que inspiró el guión del estremecedor filme Missing (en español Desaparecido), película del director griego Costa Gavras protagonizada por Jack Lemmon y Sissy Spacek.

Nota:

(1) Frank Teruggi era estudiante de ciencias sociales, pero de hecho participaba en la redacción del boletín informativo –newsletter– de la emergente agencia de noticias Fuente de Información Norteamericana (FIN), animada en Santiago por jóvenes estadounidenses residentes en Chile que trataban de mostrar al público de EEUU una visión sin distorsiones sobre el gobierno de Salvador Allende, distinta a la óptica de los grandes medios. A su vez, difundían localmente una cara de EEUU distinta al gobierno de Nixon/Kissinger, en particular artículos de prensa liberales, columnas del New York Times y opiniones vertidas en el país del Norte favorables a los cambios en curso en Chile, para darlas a conocer a los medios locales y a la opinión pública chilena.
(Traducción de Ernesto Carmona)

Si es de su interés la lectura del texto original en inglés, pinche aquí.

(*) El autor es abogado, economista y columnista residente en Texas. Miembro fundador y presidente de The Futuro of Freedom Foundation (Fundación El Futuro de la Libertad).

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