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martes, 14 de febrero de 2012

Capriles Radonski, un hombre cercano a Washington y la fauna anticubana

El candidato opositor en los comicios de
octubre próximo en Venezuela, Henrique
Capriles, es un violador de legaciones
diplomáticas. En la foto, del 12 de abril
de 2002, en medio del golpe a Chávez, se
le ve mientras burla el perímetro de la
asediada embajada cubana en Caracas.
El cabecilla derechista Henrique Capriles Radonski, quién encabezó en abril del 2002, en medio del golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez, el asalto a la embajada de Cuba por elementos terroristas cubano-venezolanos, y que fue denunciado por Wikileaks como un colaborador de la embajada norteamericana en Caracas, será el candidato a la presidencia que enfrentará el Presidente Hugo Chávez.
Como se preveía por el juego de las alianzas entre candidatos, Capriles se impuso con la mayoría de los votos escrutados en los comicios internos realizados este domingo por la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Según observadores, sus comandos de campaña se distinguieron  por cometer delitos comiciales como proselitismo político ilegal cerca de los centros de votación y compra de sufragios.
El jefe del denominado partido Primero Justicia nació el 11 de julio de 1972, en Caracas en el seno de unas de las familias más privilegiadas de  Venezuela. Su madre, Mónica Cristina Radonski Bochenek, de origen judío (ruso-polacos), es dueña de un conocido complejo de cines. Por parte del padre, Henrique Capriles García es de familia judío-holandesa de Curasao.
Ambas familias tienen intereses en los medios de comunicación, varias industrias, servicios además de activarse en el sector inmobiliario.
Capriles Radonsky es graduado de la conservadora Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas.  También estudió en la Columbia University, New York (Estados Unidos).

COLABORADOR RECONOCIDO DE “LA EMBAJADA”

En archivos sobre Venezuela publicados por el Departamento de Estado y revelados por Wikileaks, el nombre de Capriles apareció vinculado a la operación realizada contra la Embajada cubana en Caracas y, sospechosamente, al asesinato del fiscal Danilo Anderson.
Los documentos enseñaron una evidente complacencia de la embajada norteamericana en Caracas hacia el jefe de Primero Justicia, un hombre de perfil fascista cuyo rol en el asalto a la embajada cubana y en otras actividades ilícitas ha sido censurado en cada uno de los textos.
A través de los informes, la embajada no solo reconoce que Capriles, hoy Gobernador del Estado Miranda, le brinda su cooperación sino que abundan párrafos tachados por los censores de Washington, lo cual revela actividades de colaboración que van más allá de lo confesable.
El 12 de abril de 2002, en las horas más tensas del golpe, la Embajada de la República de Cuba fue agredida por un grupo de manifestantes de extrema derecha dirigidos por dos individuos vinculados en Venezuela al terrorismo contra Cuba: Salvador Romaní y Ricardo Koesling. A estos personajes pronto se sumaron Capriles y el ex comisario DISIP asesino Henry López Sisco.
Cortaron el suministro de electricidad y agua a la sede diplomática, destruyeron los vehículos pertenecientes a los diplomáticos y rodearon la embajada para no dejar salir ningún funcionario. Capriles Radonsky fué filmado por las televisoras venezolanas montando una escalera y saltando la pared de la sede diplomática para luego entrar y amenazar al Embajador de Cuba en Venezuela, Germán Sánchez Otero, con más violencia si no entregaban a los funcionarios venezolanos que se creía estaban escondidos en esa sede.
Ese 12 de abril, Capriles -entonces alcalde del municipio de Baruta donde radica la embajada cubana- no solo se negó a tomar medidas para que su policía no interviniera para poner fin a los actos de violencia, sino que al presenciarse en el sitio de los hechos, insistió para “inspeccionar” la sede diplomática, algo contrario a las convenciones internacionales, para luego hacer declaraciones provocativas.
Capriles Radonski también fue cómplice de la detención arbitraria de Ramón Rodríguez Chacín, entonces ministro de Interior y Justicia, y el allanamiento ilegal contra su vivienda..

EL ASESINATO DEL FISCAL ANDERSON

Después de mucha tergiversación inspirada por la derecha alrededor de la circunstancias del asalto, el 16 de marzo de 2004, el fiscal Anderson, encargado de los casos de más de 400 sospechosos asociados al golpe de Estado de abril del 2002, dictó una orden de arresto contra Capriles al acusarlo de violar principios fundamentales del derecho internacional, violar la propiedad privada y ejercer abuso de poder.
Mientras  se desarrollaban los procedimientos, Capriles fue mantenido en detención hasta septiembre.
El 18 de noviembre, el joven fiscal murió en la explosión de su vehículo destruido por una bomba compuesta de explosivos C-4 y de un potente imán, un tipo de artefacto usado en numerosas oportunidades por terroristas cubanoamericanos.
Su presencia generó una confrontación con los familiares y amigos, quienes le ordenaron retirarse lo que se negó a hacer, desencadenando una discusión.
Una lista fue publicada  de los autores intelectuales del asesinato, entre los cuales Salvador Romaní, un abogado de origen cubano, junto al financista estafador Nelson Mezerhane, accionista de Globovisión, la periodista golpista Patricia Poleo, el general traidor Eugenio Áñez, y Henry López Sisco. Casi todos se encuentren radicados hoy en Miami.
Otro cómplice de esta tropa, Ricardo Koesling se encuentra asociado al terrorismo cubanomericano desde los años 70 y hasta fue cómplice en la fuga de Luis Posada Carriles de la cárcel de San Juan de los Morros, en 1985, mientras colaboraba al más alto nivel con el gobierno de Jaime Lusinchi.
López Sisco, ex comisario torturador de la  “DISIP”, actuó durante años al lado del terrorista Posada Carriles, que por entonces era conocido en la inteligencia venezolana como Comisario Basilio.
Entre los sospechosos -todos vinculados a Capriles- que buscaron refugio en Miami, está también otro ex “DISIP”, Joaquín Chaffardet, que, como López Sisco fue formado por los servicios de inteligencia de Estados Unidos en la famosa Escuela de las Américas (SOA).

PRIMERO JUSTICIA, CRIATURA DE USAID, NED Y IRI

En el año 2000, Capriles participó a la fundación del partido político Primero Justicia, junto a Leopoldo López. La formación política fue desarrollada con financiamiento y asesoría de la USAID a través del National Endowment for Democracy (NED) y del International Republican Institute (IRI), quienes hasta proveyeron expertos del Partido Republicano de Estados Unidos para el diseño de la plataforma política y la estrategia comunicacional.
La USAID ya ha asegurado este año una “donación” de cinco millones de dólares a la derecha venezolana bajo el pretexto de “apoyar la democracia”.  La medida anunciada en Miami por Mark Feierstein, el jefe del organimo estatal norteamericano por América Latina, viola la  Ley de Defensa de la Soberanía Política y la Autodeterminación Nacional, que desde finales de 2010 prohíbe el financiamiento externo para partidos políticos venezolanos.
Capriles Rodonski pertenece a esta misma corriente ideológica de extrema derecha cuyo máximo representante en Venezuela es Alejandro Peña Esclusa, arrestado en Caracas con 900 gramos de C-4 y detonadores, después de una denuncia formulada por el salvadoreño Francisco Chávez Abarca, alias El Panzón, un especialista del C-4 formado por Posada, y que tras su detención en Maiquetía fue extraditado a Cuba.

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