Se acabó el invento. La que no se moja, no cobra. |
Este domingo 26 de febrero, después de marchar como acostumbran por Quinta Avenida, en La Habana, las pagadas Damas de Blanco, con Berta Soler a la cabeza, sostuvieron una animada plática (más bien un monólogo), donde la jefa puso los puntos sobre las íes y dictó además las "reglas del juego" para parar el relajito de la cobradera sin dar la cara.
Tal como evidencia este corto de vídeo, con un audio bien nítido a pesar del ruido ambiente, la jefa de las mercenarias al servicio de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana no se anda con remilgos y conmina a la "inmolación" si es que de verdad en pago esperan la retribución con los verdes contantes y sonantes: o hacen acto de presencia en "la actividad o no las reporto. Yo quiero oir que las montan sobre ruedas y te tiran pa' casa de la malanga, te meten en un calabozo o te sientan en la antesala de la Unidad porque estás detenida (...) No quiero inventos.
La que vira la espalda y se va no la reporto... porque después todo el mundo viene a buscar lo que quiere buscar... y se acabó".
El encuentro, con orden del día y todo, comenzó con un llamado al cumplimiento de las reglas de la compartimentación: "La discreción vale mucho... pero una indiscreción puede morir cualquiera (sic). Las Damas de Blanco que tengan indicación o citación para un día o una hora determinada y no saben o están desorientadas, no llamen. Mejor no vayan...
En este preciso instante Berta Soler debe andar devanándose los sesos sobre quien "violó" el precepto primero de la reunión de este domingo 26 de febrero. "¡Contra!, ¿quién tenía el microfonito?, ¿la rubia con las gafas en la cabeza y el bolso negro?, ¿me lo camuflaron en un gladiolo?, ¿grabó el de la camarita?, ¿fue la pelirroja?, ¿me lo colaron el el "pellizco" de la negrona que está al lado mío o fue el blanquito del chivo canoso que está al fondo?".
Grande la preocupación de Madame Soler... El próximo domingo de seguro mete una revisión a fondo y hasta que las cosas no estén claras esa boca suya no se abre para decir: es mía.
De cualquier modo la evidencia ya está: La que no pone su jeta no cobra. Sí, porque en este circo, como se ve, sobran las leonas tusás que le quieren pasar gato por liebre a la que al final corta el bacalao... ¿parejo o se queda con la mejor tajada?
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