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| Foto: Archivo |
Tres razones, por ceñirme sólo a tres, me compelen a calificar de muy buen resultado el 1-1 conseguido por los Marineros del Cienfuegos frente a Guantánamo en la jornada inaugural del 97 Campeonato Nacional de Fútbol, con la cual se rompen, ¡por fin!, ocho largos meses de inactividad competitiva en el clásico doméstico.
El primero de los argumentos para sustentar tal tesis es haber negociado, viniendo de abajo en el marcador, un empate frente al actual subtitular de Cuba.
El segundo, por su obviedad, resulta todavía más importante: la rúbrica del pacto se logra en el patio del oponente, sí, justo allí donde hace dos campañas se dio el sonado escándalo del Guantanamazo, como han dado en apodar a aquel lance lamentable con trasfondos no del todo diáfanos, cuyas derivaciones, a la postre, hicieron mella en las filas del once agraviado.
Y el tercero, haberse sobrepuesto al cansancio y el estrés de un traslado de doce horas por ómnibus, sin tiempo apenas para siquiera dormir una siesta como Dios manda, a pierna suelta, en tanto en cuando el dichoso vehículo que debía trasladar a las huestes sureñas hasta orillas del Guaso, convenido para la noche del jueves, no apareció hasta pasado medio día de la hora prevista: ¡a las tres de la tarde del viernes!
Pero bueno, pese a todo lo descrito este recompuesto Cienfuegos, de nuevo bajo la égida de un técnico exigente como Israel Blake, consiguió lo que en el fútbol se considera un marcador casi con visos de triunfo, máxime si les comento que tuvieron la suficiente sangre fría como para sacudirse el estremecimiento lógico de un gol de primera mitad (minuto 32), salido de los botines del veterano Alexis "El Loco" Zuaznábar.
Conociendo cómo obran estos Indios en versión balompédica, dados al juego fuerte y de mucho roce, en los choques donde intervienen se imponen los encontronazos y las magulladuras por sobre el toque fino, manejo alegre del balón y otros ingredientes del llamado jogo bonito. Esas dosis muy propias de la estrategia guantanamera se exacerban cuando el conjunto logra ventaja.
Pero según nos comentaron vía telefónica fuentes cercanas al equipo, los Marineros salieron al complementario decididos a imponer su estilo, táctica a la postre partera de ese instante único en un encuentro de fútbol: el gol. Corría el minuto 70 (y sólo quienes sufren las emociones del fútbol conocen cuánta presión supone la carrera desbocada del reloj deshojando tiempo), cuando Barbarito Ardila logró anidar la redonda en las redes del once anfitrión. Esa parte no me la contaron, mas imagino cómo se sucedieron los veinte ¿siglos? restantes hasta el pitazo conclusivo allá en el "Rogelio Palacios".
Así las cosas, la nave Marinera vuelve a su espigón, donde esta semana deberá repasar con "brea y alquitrán" las fisuras por dónde hizo aguas allá en las corrientes del Guaso, pues los compromisos que se les vienen encima (y vaya calendario de arranca pescuezo el que les tocó en suerte) no dejan mucho margen al parpadeo en este torneo extracorto en que han convertido el Campeonato Cubano, tanto que en son de broma hasta los propios deportistas bromean aquello de "el futbolista en Cuba entrena más que lo que compite".
Y no dejan de tener razón, pues el clásico doméstico del más universal mantiene la misma estructura, con un calendario diseñado para que los equipos participantes se enfrenten en un todos contra todos a dos vueltas y cuatro de ellos clasifiquen a la discusión de las preseas.
El próximo sábado Cienfuegos encarará aquí en el "Luis Pérez Lozano" al monarca exponente, Villa Clara, para a continuación plantarse, con diferencia de siete días cada vez, frente a Ciego de Ávila y Ciudad de La Habana. Del orden y las sedes ya daremos cuenta en otra oportunidad, hasta tanto no dispongamos del calendario oficial del torneo.
LOS DEMÁS ENCUENTROS
En la cancha Camilo Cienfuegos, de Zulueta, tuvo lugar la ceremonia inaugural del Campeonato en su versión número 97. Allí, sobre su siempre verde y bien cuidado césped, el campeón exponente, Villa Clara, superó hoy 2-1 a Granma, no sin antes transcurrir buena parte del partido abrazados a un gol por bando.
Los multicampeones del Expreso Naranja abrieron el marcador con tempranera diana de Javier Aldama (minuto 9), mas transcurridos otros dos tercios de ese propio lapso (27'), Abdiel Hernández logró la paridad para los Incansables antes de irse al descanso.
Pero mientras las uñas caían a montones en la plaza futbolística más apasionada de Cuba, pues el cronómetro avanzaba inexorable, apareció al 76' la magia del por muchos años considerado el mejor futbolista de la Isla, Yenier Márquez, quien puso cifras definitivas al encuentro para el equipo villaclareño.
La Habana, bronce de la pasada edición, salió airosa por idéntico marcador 2-1 ante Las Tunas en el duelo escenificado en el estadio capitalino Pedro Marrero, sólo que en éste el sobresalto de la hinchada local fue a consecuencia de un adverso 1-0 con gol madrugador de Geovany "El Zorro" Ayala en el minuto 5, y más tarde un largo y tedioso empate a uno tras quebrar Maikel Chang la zozobra habanera al 21'.
A partir de entonces ambos bandos mantuvieron un prolongado y férreo abrazo, roto por suerte para el local al minuto 2 del tiempo agregado (90+2), por intermedio de Ricardo Peña.
En el cuarto desafío de la fecha inaugural, Ciego de Ávila goleó 3-0 al anfitrión Camagüey. Los créditos avileños en redes del local allá en el "Patricio Lumunba" fueron a la cuenta de Tomás Cruz (38'), Adrián Hernández (41') y Sander "Keko" Fernández (71').
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